Apenas ha trabajado en lo suyo, la ingeniería civil pero no está dispuesto a renunciar a sus sueños, aunque tiene claro que aquí, en España, no podrá alcanzarlos. "Aquí no hay oportunidades. No vas a cumplir tus sueños. Estoy muy insatisfecho", dice José Luis, un joven cacereño, de 30 años, cualificado y emprendedor, por narices.

Ha trabajado como ingeniero civil en Badajoz y también en Angola, pero de vuelta a Cáceres ve pocas salidas y se ha lanzado de lleno a aprender idiomas, su elección portugués (este es su cuarto año) y chino (el segundo). "Veo más salidas en china que en Alemania por ejemplo, que lo está estudiando mi hermana que también es ingeniera. Merkel vende mucha oferta de empleo para ingenieros pero luego los quiere de camareros".

Mientras amplía sus idiomas --ya habla inglés-- ha montado una academia de formación en Cáceres, llamada ZM, y está a las puertas de inaugurar una hamburguesería. "Son negocios alternativos, que están a años luz de lo que he estudiado y quiero hacer", dice, pero él lo que realmente quiere es construir puentes. El próximo septiembre dará el salto para cumplir sus sueños. "Me iré de España, empezaré por Europa, por Londres, a ver qué se puede hacer por allí". Dónde acabará es más difícil averiguar.