Ya colaboraba con la asociación de voluntarios de DYA en Cáceres, había sido donante y hace cinco años comenzó a "echar una mano" en la hermandad de Cáceres. En poco tiempo formaba parte de la estructura que se ocupa de atender a los donantes que acuden en cada jornada de donación en los pueblos de la provincia de Cáceres y de recordar en la localidad la cita solidaria. "No hay pereza para acudir a cualquier pueblo, el día que sea y a la hora que sea", asegura.

Una o dos veces por semana, conduce hasta el pueblo que toca y conecta el altavoz para recordar a los vecinos que ese día pueden acudir a donar. Una vez al mes también se encarga de preparar los obsequios que se entregan a los donantes como agradecimiento por su gesto. "Cada vez somos más y eso es muy reconfortante", dice Borda que destaca "los lazos de amistad" que se acaban trazando con los que como él, también quieren ayudar.