Dos idiomas, dos países, dos legislaciones, dos territorios pero una misma realidad. España y Portugal comparten al oeste de Extremadura un ecosistema, unido y a la vez separado por las aguas de los ríos Erjas y Tajo. En la orilla española, el paraje se conoce desde el 2006 como Parque Natural del Tajo Internacional; del lado luso, ese terreno escarpado de frondosa vegetación y con gran presencia de aves rapaces se denomina Parque Natural do Tejo desde hace más de una década.

Hoy son dos parajes diferenciados. Pero ambos Gobiernos trabajan para que sea uno en un futuro no muy lejano. "El entendimiento político y técnico es absoluto. El único problema es que son procesos complejos, porque exige acuerdos bilaterales a nivel de ministerios de medio ambiente y asuntos exteriores, e incluso la aprobación por parte del Congreso", explica Alfredo Anega, director del parque natural extremeño. "Es importante, porque pese a la gran colaboración, falta un marco de referencia conjunto que facilite una forma de gestión unitaria. Eso evitaría muchos problemas, porque nos encontramos con situaciones como la de los alimoches, que unos años anidan en la zona portuguesa y otra en la nuestra. O la pesca, que aquí es solo deportiva y allí es una actividad económica más", continúa.

El proyecto está "avanzado", como reconocen desde la Junta de Extremadura. Pero su resolución no será inmediata, aunque se admite que es el "asunto más urgente a acometer". Mientras tanto, cada país gestiona su territorio. En España, el Parque Natural del Tajo Internacional cuenta con una superficie de 25.088 hectáreas, todas ellas en suelo extremeño, repartidas entre los términos municipales de Alcántara, Brozas, Carbajo, Cedillo, Herrera, Membrío, Salorino, Herreruela, Santiago y Valencia de Alcántara y Zarza la Mayor. Su paisaje está marcado por lo abrupto del terreno, siguiento los cauces del Erjas --desde Zarza la Mayor-- y el Tajo --desde la presa de Alcántara-- hasta llegar al embalse fronterizo de Cedillo. Aquí el río forma una entalladura con barrancos de hasta 100 metros de profundidad e innumerables arroyos.

El patrimonio natural

Desde el punto de vista de la naturaleza, el parque constituye otro gran ejemplo de bosque mediterráneo en la región. Dominan la encina y la jara, dos especies que están ampliamente acompañadas de otras como el cantueso, el madroño, la cornicabra, el arce, el majuelo o el labiérnago. Aunque el símbolo del parque es el lirio amarillo, planta endémica del centro de Portugal y la provincia de Cáceres, con una amplísima presencia en este paraje protegido.

En lo que se refiere a la fauna, destacan la cigüeña negra y las grandes rapaces: el águila imperial ibérica, el águila perdicera, el águila real, la calzada, la culebrera y la pescadora, así como el buitre negro y el leonado, el alimoche y el búho real. Y junto a ellos, importantes poblaciones de ciervo y jabalí, de pequeñas aves como la collaba negra, de topillos de Cabrera y de murciélagos de cueva y herradura.

Hoy Tajo Internacional es uno de los dos parques naturales con los que cuenta Extremadura --el otro es Cornalvo--. Y en apenas cuatro años de existencia ha logrado hacerse un hueco como destino turístico de los amantes de la naturaleza y el medio rural. Por la oficina de turismo de Alcántara pasan 30.000 personas al año, ya no solo atraídas por el emblemático puente romano o el Festival de Teatro Clásico que cada año acoge el Conventual de San Benito, sino cada vez más hechizados por la riqueza ambiental que ofrece la zona.

El conocimiento del parque

Alfredo Anega reconoce que el grado de conocimiento "tal vez no es tan alto como el de otros espacios naturales". Pero precisamente para impulsar la afluencia de turistas se están construyendo dos centros de visitantes, uno en Alcántara --que estará acabado a finales de año-- y otro más pequeño en Cedillo. Ambos se sumarán al actualmente existente en Santiago de Alcántara. También se está trabajando en la creación de una web propia del parque natural y se está ultimando el Plan Rector de Uso y Gestión,