La rotura de una tubería en la planta termosolar La Dehesa de La Garrovilla provocó el último accidente laboral en la región a primero de mes, antes de conocer el siniestro de ayer. Como consecuencia del escape dos trabajadores sufrieron heridas de gravedad y otros cuatro, leves. Sucesos como este ocurren cada vez menos en la región, de hecho, la siniestralidad laboral descendió un 10% en Extremadura entre enero y septiembre pasado respecto al mismo periodo del año anterior, pasando de los 9.568 accidentes en el 2009 a los 8.632 del 2010.

Pese a la buena noticia, el número de víctimas mortales se duplicó. Hasta septiembre, 11 personas perdieron la vida durante su jornada laboral, seis en Badajoz y cinco en Cáceres, --frente a las cinco que murieron en el 2009--, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo. A estas lamentables cifras hay que sumar la última víctima de ayer, de tan solo 23 años, que encontró la muerte el primer día de trabajo en la construcción, uno de los sectores más peligrosos . En éste han muerto este año otras tres personas en alguno de los más de mil siniestros; otras tres fallecieron por servicios de la agricultura, la ganadería y la caza, sector que copa los accidentes laborales, 1.141 hasta septiembre. Además, dos personas fallecieron este año durante el transporte terrestre y otras dos por otros servicios. A estos sucesos hay que añadir una única víctima mortal en itinere de los 576 accidentes ocurridos en este año, un 6% menos que en el 2009.