Manolo es un pinche tirano. Es aquel compañero que tienes enfrente que no para de "castigarte", que sabe qué comentario hacerte y en qué momento, y que sobre todo te "saca de quicio".

¿Quién tiene el problema?

Cuando un pinche logra "pincharte", es porque el problema está en ti. No caigas en la trampa. El problema no es de Manolo. Es del guerrero y el guerrero, por ahora, eres tú.

¿Me enfrento al pinche?

No, al menos hasta que no entiendas el verbo enfrentar como lo entiende el guerrero. Es posible que tu importancia personal, tu ego, sea muy grande. Por tanto te quedas sin estrategias para manejar a Manolo. Si estás en este punto eres un aprendiz de guerrero. Para ser guerrero debes fomentar el control y la disciplina. Castañeda nos dice que ejercer el control es afinar el espíritu cuando alguien nos pisotea. Un indicador estupendo para saber cuándo te debes enfrentar al pinche, cuando has pasado de aprendiz a guerrero, es el día que descubres que has cambiado de idea sobre lo que tú eres. Es decir cuando el pinche te ha hecho descubrir o reconocer algo de ti que te incordia.

¿Qué me aportan estasbatallas?

Serenidad, saber estar, equilibrio y sobriedad para enfrentarnos a las grandes batallas de la vida empresarial, a las batallas de verdad. Y sobre todo conocimiento de uno mismo. Por eso es tan importante el pinche, para rebajar mi importancia personal.

Un guerrero que quiera estar preparado para la guerra, necesita eliminar su importancia mediante el fortalecimiento de la serenidad. Perder una batalla ante Manolo es normal, querido guerrero. Pero en esa batalla tienes que sacar algo de aprendizaje. Te garantizo que Manolo vuelve al día siguiente. Querido aprendiz, lo sabes. Y ojo, no hablamos de reprimir los sentimientos o emociones ante Manolo en una batalla. Eso puede ser la fase inicial de un aprendiz de guerrero. Estamos hablando de la templanza, que es lo opuesto precisamente a la represión de sentimientos.

La batalla la habrás ganado y estarás preparado, cuando le des las gracias a Manolo por haber estado allí, por lo que tú creías que era irreverencia, frialdad, carencia de sentimiento, fastidio.

Las gracias sin rencor, sin ironía, desde la serenidad. Si mientras leías este artículo, has pensado en enseñárselo, es que todavía eres un aprendiz.

¿Le has dado las gracias alguna vez a Manolo?

Nota de Carlos Castañeda sobre sobre la importancia personal:

"La importancia personal es el núcleo de todo lo que tiene valor en nosotros, siendo al mismo tiempo, el núcleo de toda nuestra podredumbre. Es el modo en que cada uno construye y maneja la realidad tratando de autoafirmarse y convencerse de que es real, cuando en realidad es una ilusión. La importancia personal es nuestro mayor enemigo, por culpa de ella consumimos gran parte de nuestras vidas sintiendo dolor por las ofensas de los demás. Es un terrible estorbo, por su culpa nos hacemos vulnerables".