María Bravo Santillana (Cáceres, 5 de febrero de 1991) ejerce de coordinadora para asuntos relacionados con el covid-19 en el San Antonio Cáceres Basket, donde están englobadas las categorías inferiores del equipo que milita en LEB Oro, con el que también ha colaborado. En esta entrevista --en la que solo se quita la mascarilla para sorber un té-- habla sobre qué se debe hacer en el deporte para combatir la enfermedad. Entre sus muchas ideas claras hay una: no pasa nada por que la base no compita durante esta temporada.

¿Cómo llega a su papel?

Llevo en el club muchísimos años, desde que era pequeña. Desde que me lesioné colaboro en otras tareas, sobre todo en la sección femenina. Cuando esto estalló en marzo me ofrecí para hacer un protocolo. Soy científica, investigadora, especialista en microbiología e inmunología, y de formación, veterinaria. Ese primer protocolo no se llegó a implementar porque enseguida nos confinaron. Cuando se contempló la posibilidad de volver a los entrenamientos se hizo algo más en serio para la cantera y a partir de ahí contactó el primer equipo conmigo en el mismo sentido para realizar los tests diagnósticos.

¿Cuáles son sus atribuciones?

El protocolo recoge medidas de prevención: accesos diferentes para entrada y salida del pabellón, desinfección de material y pistas, lavado de manos, la decisión de entrenar con mascarillas y sin contacto...

¿Debería haber alguien así en cada club, por pequeño que fuese?

Sí. No todo el mundo tiene por qué saber lo que se puede hacer y lo que no, y menos en esto, que no lo hemos visto venir. Si no tienes a nadie, hay que intentar contactar con profesionales que te ayuden.

Al grano. ¿Se está librando bien en el mundo del deporte la lucha contra el virus?

Se puede hacer mejor, aunque es fácil decirlo desde fuera. Yo pondría medidas más estrictas. En deporte profesional hay unas y en deporte de base son diferentes.

Parece que hay muchas velocidades en esto de los protocolos: el fútbol profesional, todo lo demás, la base…

Es lógico, pero yo solo distinguiría entre deporte profesional y deporte base. Es fundamental seguir practicándolo porque si no, dentro de unos años vamos a tener otro tipo de problemas. En la base creo que la competición en esta situación es totalmente prescindible.

Todo depende del dinero…

Los deportistas son igualmente susceptibles al virus. No pensemos que a los de élite les afecta menos. Con ellos se debería seguir el mismo protocolo que con el resto de la población, pero evidentemente cuanto más dinero genere una liga, más posibilidad tienen esos clubs de hacer pruebas, que no son baratas.

Está en contra de hacer pruebas que no sean PCR, ¿no?

Se pretende hacer un cribado de asintomáticos, que contagian igual que los que sí tienen síntomas, para detectarlos y aislarlos del resto. Para hacerlo hay que hacer PCR, que detectan el material genético del virus. Las pruebas serológicas no son un buen método porque detectan anticuerpos, que aparecen varios días después del inicio de la infección. Es decir, cuando detectamos por primera vez anticuerpos en un jugador de baloncesto, posiblemente lleve contagiando desde el partido anterior. La inmunocromatografía que detecta antígenos, el maravilloso «test rápido», tiene sus ventajas, entre otras que son más baratos. El problema es que solo tienen una sensibilidad parecida a las PCR cuando la persona tiene síntomas o con cargas virales altísimas. Por el momento no están indicados para asintomáticos. Lo ideal sería poder realizar PCR en el deporte.

Su club ha decidido que los chicos entrenen con mascarilla y sin contacto. ¿Por qué?

La única medida de prevención accesible para toda la población y que frena el contagio por aerosoles, que es la principal vía de transmisión del virus, es la mascarilla. Si la quitamos, estamos exponiéndolos al virus. No tiene sentido que estén seis horas en clase con la mascarilla puesta y luego se la quiten para hacer un deporte de contacto.

¿Qué le parece que otros estén haciendo todo lo contrario?

Es una irresponsabilidad, sobre todo cuando se juntan chicos de distintos colegios. Ponen en riesgo a los chicos y a sus familias.

¿Está a favor de iniciar la competición en noviembre, como ha puesto sobre la mesa la Federación Extremeña de Baloncesto?

Los chicos tienen que estar federados por los seguros deportivos. Esto no va a durar toda la vida y este año se pueden trabajar otros aspectos en los que no hay tiempo en condiciones normales como puede ser la preparación física, la técnica individual, algunas situaciones tácticas. Es verdad que si te quitan la competición te falta una parte importante, pero es que la salud está por encima de todo. Pero sí que se podría entrenar con contacto siempre que no te quites la mascarilla y te laves las manos.

¿Las pequeñas competiciones profesionales, como la LEB Oro y la Liga Femenina Endesa, están condenadas a la paralización por los frecuentes aplazamientos?

No. Pueden seguir adelante si se garantiza la salud de los jugadores. Es problema es que se están adaptando los protocolos a las competiciones y no al revés, que sería lo lógico. Y se ha delegado en los clubs asumir los costes de las pruebas. Me gustaría proponer una solución más barata como el ‘pool testing’, algo así como ‘muestreo agrupado’. Con una sola PCR puedes testear a todos los jugadores de un equipo y ahorrarte hacer un montón de pruebas. ¿Cómo? Coges muestras de todos, las mezclas y si en esa prueba sale negativo, es que están todos bien. Solo si sale positivo, que no es muy probable, tienes que hacerlas individualizadamente para ver quién lo tiene. Además, si se centralizasen las de todas las competiciones sería más asumible. Voy más allá: ¿es realmente necesario jugar cada semana? Jugando cada dos semanas sería más sencillo.

Reivindica que los veterinarios están siendo desaprovechados en esta crisis, ¿no?

Tenemos equipos que se pueden utilizar para esto y capacidad técnica para manejar poblaciones. Estamos acostumbrados a trabajar desde una perspectiva de grupos poblacionales, que es lo que se necesita ahora. Algunos países como Alemania han incluido a sus veterinarios desde el principio en la lucha contra la pandemia.

Hablando en general... ¿cuál cree que es el principal motivo del desastre en la ‘segunda ola’?

Multitud de factores. Nos ha pillado con los deberes sin hacer. No se han reforzado sectores sanitarios fundamentales, como la atención primaria, y algunas medidas han llegado tarde. En España tenemos algunas características que no tienen el resto de países. Existe una precariedad laboral que impide a muchos trabajadores quedarse en casa. Y somos muy sociales, muy familiares, y eso juega en nuestra contra. Dejar a los niños con los abuelos se hace habitualmente, ir a comer a casa de tus padres los domingos…