La cantante británica Amy Winehouse se ha librado por los pelos de ingresar en prisión. La joven, detenida el viernes cuando fue a declarar voluntariamente por una denuncia por agresión a dos hombres, fue puesta en libertad ayer tras pasar una noche en una celda de la comisaría londinense de Holborn. Según fuentes policiales, la polémica intérprete "cooperó plenamente" con la investigación y, además de "disculparse por el incidente", agradeció a la policía su "profesionalidad" y aseguró que no provocará más altercados en el futuro. Winehouse acudió el viernes a declarar por un incidente ocurrido dos días antes. En la madrugada del miércoles la cantante protagonizó un altercado en un bar de Camden que acabó, según la prensa, con una agresión a dos hombres, a uno de ellos con un cabezazo. La joven fue expulsada del local.