De buen humor ha reaparecido Javier Bardem tras estrenar paternidad. Lo hizo el lunes en la tradicional comida de los nominados al Oscar. El actor, nominado por su papel en Biutiful, fue de los primeros en llegar a la ceremonia, en el Hotel Beverly Hilton. A pesar de ser esta su tercera nominación, Bardem aseguró que esta ocasión es especial por el hecho de que la película se rodó en castellano. "Me siento muy honrado. Esta vez es diferente porque no es muy fácil estar aquí con una actuación en español", ha asegurado el actor, que ganó una estatuilla en el 2008 al mejor secundario por la película No es país para viejos. Bardem tuvo palabras especiales para Julia Roberts, Sean Penn y Michael Mann, por haber ayudado a la promoción de Biutiful. "Siempre es de mucha ayuda tener el apoyo de personas de esa calidad para recordar a la gente que deberían ver la película. Cualquiera de ellos son grandes artistas y sentirme protegido por ellos es un gran honor", dijo el actor. El malestar de Portman Todos los nominados, entre ellos los favoritos Colin Firth y Natalie Portman, posaron para la tradicional foto de familia en un acto en el que reinó el buen humor. Firth, nominado al Oscar al mejor actor por El discurso del rey, bromeó sobre lo absorbente que es la carrera por los Oscar, una experiencia que para Natalie Portman, nominada como mejor actriz por El cisne negro, se ha visto eclipsada por su visible embarazo, algo que disgusta a la actriz. "Es deprimente que eso sea haya convertido en el tema de conversación en lugar de la película en sí misma", se quejó Portman, quien confirmó que en previsión de que pueda ganar volumen desde hoy a la noche de la gala su vestido tendrá que tener espacio extra. Un veterano en cuanto a candidaturas se refiere es Jeff Bridges, quien opta a la estatuilla por sexta vez, ahora por True Grit, y aprovechó el acto para aconsejar tranquilidad a los debutantes en las nominaciones. "Como me decía mi madre, pásatelo bien y no te lo tomes muy en serio", afirmó el intérprete. Todos ellos degustaron un menú que consistió en ensalada de queso de cabra y una variedad de entrantes entre los que había patatas rellenas de caviar y bacalao como plato principal.