Abogados de presos de Guantánamo han denunciado que guardias de este penal entraron recientemente en varias celdas y se incautaron de documentos legales confidenciales, precisamente mientras los reclusos asistían a vistas en las que las autoridades negaban la interceptación de correos privados. Los abogados plantearon estas acusaciones durante una vista previa en la que han comparecido cinco presos que están acusados de colaborar con los atentados del 11-S.

Las comparecencias de esta semana están centradas en una serie de sospechas manifestadas por la defensa sobre la supuesta interceptación de mensajes privados intercambiados entre letrados y detenidos. Los abogados también han denunciado que los guardias leen cartas guardadas por los internos en sus celdas.

La abogada Cherly Bormann ha declarado que su cliente, Walid bin Attash, notó el martes al volver a su celda que sus documentos estaban revueltos y varios papeles habían desaparecido. "Necesitamos parar esto", ha subrayado Bormann, que ha insistido en que este hostigamiento perjudica la labor de defensa.

Bin Attash, acusado de dirigir un campo de entrenamiento de Al Qaeda en Afganistán, se ha puesto de pie para gritar al juez: "En el nombre de Dios, hay algo importante para ti". El juez, teniente coronel James Pohl, le ordenó varias veces que se sentase e incluso amenazó con expulsarle de la sala si no cejaba en su actitud.

Los abogados también han alertado de intromisiones en las celdas de Jalid Sheij Mohamed, el supuesto 'cerebro' de los ataques del 11-S, y de Ramzi Binalshibh, que habría intentado formar parte del grupo de secuestradores pero no consiguió el visado norteamericano.

El representante de Binalshibh, James Harrington, ha admitido que estas presiones hacen "casi imposible" la labor de defensa en la medida en que causan un "enorme problema emocional" entre las partes.

Las autoridades han negado cualquier intromisión ilegal en la privacidad de los detenidos, si bien varios abogados militares que han testificado esta semana han asegurado que tienen orden de abrir el correo que los presos reciben de sus abogados, únicamente para descartar el contrabando.

Un abogado del Ejército ha llegado a decir que fue expulsado de Guantánamo por criticar estas prácticas y cuestionar su validez ética.