Turquía puede ser considerada como "una economía de mercado viable" capaz de funcionar a medio plazo en el seno de la Unión Europea (UE), pero sigue presentando deficiencias en derechos humanos, persisten la tortura y los malos tratos y se persigue la libertad de expresión, según el informe que emitió ayer la Comisión Europea tras el inicio de las negociaciones de adhesión, el 3 de octubre.

El Ejecutivo comunitario lamentó que el ritmo de reformas políticas en Turquía se haya ralentizado "en el 2005" y que, pese a las nuevas leyes aprobadas, persisten preocupantes deficiencias en derechos humanos, libertad de expresión, libertad religiosa, violencia y protección de las minorías. Por ello, el comisario de Ampliación, Olli Rehn, insistió en la necesidad de realizar "esfuerzos suplementarios considerables" en el conjunto de la Administración para aplicar las reformas y adoptar medidas legislativas complementarias.

En materia económica, el análisis de la Comisión Europea es más positivo, aunque señala que Turquía deberá "continuar con firmeza" su política de estabilización económica y seguir aplicando reformas estructurales. El informe destaca que, "en gran medida", la legislación turca se alinea con la de la UE, pero que hay deficiencias en agricultura, finanzas, desarrollo regional y medio ambiente.

La Comisión advirtió a Croacia, que también inició las negociaciones de adhesión el 3 de octubre, de que aún tiene graves problemas en materia judicial, corrupción y discriminación racial. El informe critica los obstáculos que existen al desarrollo del sector privado y a la inversión extranjera, los desequilibrios presupuestarios y el retraso en adaptar la legislación croata a las normas de la UE.

El Ejecutivo aconsejó aceptar la demanda de adhesión a la UE de Macedonia y conferirle el estatus de país candidato, pero estimó que la negociación tendrá que esperar hasta que haga reformas.