Pese a que la estructura central de Al Qaeda está muy deteriorada y su popularidad decae, la amenaza terrorista persiste. Los expertos coinciden en que, aunque un ataque de la envergadura del 11-S es poco probable, los yihadistas van a seguir intentando actuar. EEUU mantiene la situación de «vigilancia máxima» aun sin haber detectado un aviso «verosímil» de un posible ataque con motivo del aniversario del 11-S, según la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.

La amenaza persiste y una de las razones es que el nuevo líder de Al Qaeda, Aymán al Zauahiri, precisa de un gran ataque a Occidente que le legitime. «Si Zauahiri no lidera un gran atentado pronto, no seguirá siendo emir durante mucho tiempo», comenta el experto estadounidense en yihadismo Lawrence Martines, que añade: «Un emir también es un jefe en la guerra, título que Bin Laden se ganó en Afganistán. Y Zauahiri, que en la guerra de Afganistán estaba preso en Egipto, necesita que ocurra algo espectacular para mantener su posición». El experto español Javier Jordán coincide en el diagnóstico: «Zauahiri está intentando reforzar su perfil y un gran atentado sería algo básico para él. La intención la tiene; otra cosa es que pueda conseguirlo».

En esa pretensión se enmarcan las informaciones de inteligencia que apuntan a que algunas filiales de Al Qaeda intentan conseguir armas químicas o biológicas. Son esas filiales territoriales las que han tomado el relevo en la acción armada de la Al Qaeda central. Así, ahora, según ha catalogado el propio Gobierno de EEUU, la principal amenaza terrorista la constituye Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), con sede en Yemen, por delante de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), con bases en el Sahel, y de la propia Al Qaeda Central. «AQPA se concentra en atacar en EEUU y en intereses suyos en todo el planeta. Mientras, la filial magrebí tiene el punto de mira puesto en Europa», añade Martines.

AQPA, de la que se tienen indicios que pretende conseguir ricino, ha intentado ya varios grandes atentados con aviones: el terrorista que volaba con explosivos en los calzoncillos; el envío de explosivos en cartuchos de impresora... «Hasta ahora han fallado, pero parece que esta es la vía que quieren seguir», señala el experto italiano Lorenzo Vidino.

Como señala Fernando Reinares, investigador principal en terrorismo del Real Instituto Elcano, «vamos a asistir a una relocalización del yihadismo». «Hay que prestar mucha atención a ese nexo que puede unir el Cuerno de África, donde están las milicias yihadistas somalís de Al Shabab, con AQPA. Ese territorio puede tomar en un futuro el relevo del actual foco asiático de Pakistán-Afganistán», añade. Además, Al Qaeda cuenta con nuevos socios. Grupos extremistas como el nigeriano Boko Haram han decidido afiliarse a la red, reivindicando en su nombre el atentado contra la ONU en Abuja. «Boko Haram está en Nigeria y peligrosamente cerca de los terroristas de AQMI que operan en el Sahel», comenta un agente antiterrorista español.

A falta de poder reclutar, formar y dar apoyo, Al Qaeda cuenta con una nueva arma: el lobo solitario. Individuos que, como el marroquí detenido el día 17 en Cádiz que pretendía envenenar el agua de cámpings, se radicalizan en foros yihadistas en internet y deciden actuar por su cuenta.