En medio de una convulsión que no se veía desde hacía tiempo en Israel, los actores de la política del país van tomando posiciones respecto al anuncio del primer ministro, Ariel Sharon, de que planea evacuar los asentamientos de la franja de Gaza. Ayer, Sharon se mostró partidario de convocar un referendo sobre la retirada. "Es preferible que quede claro qué piensa la gente", comentó el líder del Likud.

Nunca se ha convocado una consulta popular de este tipo en Israel, y sería una medida acorde con la importancia del paso que Sharon sigue diciendo que va a tomar. El primer ministro, que no ha aclarado cómo y cuándo pretende evacuar los asentamientos, afirmó ayer que presentará los detalles a su Gobierno antes de viajar a EEUU a finales de este mes. En Washington, Sharon buscará el apoyo de la Casa Blanca a su plan unilateral de separación de los palestinos.

CARTA DE 10 PARLAMENTARIOS La derecha israelí ya se moviliza para frenar el plan de Sharon. Diez diputados de su partido, el Likud, firmaron ayer una carta en la que se exige consensuar con la formación una medida de este calado. Esta es una hipótesis que pondría trabas al plan, y que Sharon podría evitar buscando apoyo en un referendo. Las encuestas publicadas hasta ahora muestran que la mayoría de los israelís aprueban la decisión.

Los socios ultraderechistas de Sharon en el Gobierno también se están movilizando. Según el extremista Avigdor Lieberman, ministro de Transportes, la estrategia de la ultraderecha puede basarse en intentar derrotar la propuesta de Sharon en el mismo Gabinete. La ultraderecha sabe que si abandona el Gobierno, el partido laborista podría sustituirla y garantizar una mayoría a favor de la evacuación. Por tanto, su estrategia se basa en recabar apoyo dentro del Likud.

Si lo lograra, supondría la caída del Gobierno. Lieberman ve posible un nuevo acuerdo de Gobierno si a los diputados del Likud contrarios a la evacuación y a la ultraderecha se les une el ultraortodoxo Shas.