Tom Vilsack no perdió un minuto. Apenas 24 horas después de confirmarse la amplia victoria de su partido en las elecciones del martes, el gobernador demócrata de Iowa hizo públicos sus objetivos electorales, con miras ambiciosas, pues lo que persigue es la Casa Blanca. Con ese gesto desató oficiosamente la carrera para la que ya llevan meses preparándose los pesos pesados de los dos partidos de EEUU, empezando por Hillary Clinton y el candidato incombustible de los republicanos, John McCain.

A mediados del 2008, la mayoría de candidatos habrá sucumbido en el intento, y los dos más resistentes medirán sus fuerzas en noviembre de ese año, cuando las elecciones decidirán quién será el sucesor de George Bush.

LIDERAZGO Por ahora, la líder indiscutible del pelotón demócrata es Hillary Clinton. La exprimera dama y senadora por Nueva York recibió el martes un gran espaldarazo al ser reelegida por el 70% de los votantes. Deshojando la margarita está quien muchos consideran como la posible "sorpresa" demócrata, el senador por Illinois Barack Obama.

En el bando republicano, el hombre fuerte es el senador John McCain. Aunque todavía no ha revelado si saltará otra vez a la palestra, los sondeos le colocan como favorito.