El pacifista estadounidense Tom Fox, de 54 años, se ha convertido en el último rehén occidental asesinado en Irak. La policía iraquí halló su cadáver el jueves en un barrio de Bagdad, y ayer las autoridades norteamericanas informaron de su muerte. El cuerpo de Fox presentaba impactos de bala en la cabeza y el tórax, y señales de haber sido torturado. Ahora se teme por la suerte de los otros tres occidentales, un británico y dos canadienses, miembros también de la organización humanitaria Grupo de Pacifistas Cristianos, que fueron secuestrados junto a Fox en la capital iraquí en noviembre. El Grupo de Pacifistas Cristianos es de las pocas ONG que todavía operan en Irak.

Ayer, en otros ataques fue asesinado un alto directivo de la cadena de TV iraquí Al Iraqiya y su chófer. En otro atentado murió un activista iraquí de derechos humanos.