El estudiante que asesinó a ocho personas el miércoles en el instituto de Tuusula, en la periferia de Helsinki, acudió al centro con 360 balas con la intención de asesinar a la directora, según desveló ayer la policía. Antes de suicidarse, Pekka-Eric Auvinen efectuó 69 disparos con una pistola semiautomática Sig Sauer Mosquito, del calibre 22, y trató de incendiar el instituto, ya que derramó gasolina por la segunda planta. El suceso ha conmocionado a Finlandia, que cuenta con un modelo de enseñanza ampliamente alabado. El móvil de los crímenes se ignora, pero la policía subrayó que era un resentido y los profesores desvelaron que fue objeto de acoso por parte de compañeros de clase del instituto.