El suministro energético de todos los países de la Unión Europea (UE) depende, en su gran mayoría, de las reservas del petróleo y del gas. El crudo aporta el 37% de la energía consumida en la Unión Europea, mientras que el gas suministra otro 24%, según los últimos datos comparativos ofrecidos por la Comisión Europea.

La tercera fuente de energía en importancia para los países miembros de la UE son los combustibles sólidos, como por ejemplo el carbón, que aportan el 17% del total del suministro energético. La energía nuclear supone el 15% de la energía consumida en la UE, y la energía renovable se limita a un simbólico 7%.