En un golpe sin precedentes, un suicida mató ayer al menos a 31 personas, entre ellas siete altos cargos de la Guardia Revolucionaria iraní, el cuerpo de élite de la Revolución islámica. Otras fuentes elevaban hasta 49 la cifra de víctimas del atentado en el distrito de Pishin, en la provincia de Sistán-Baluchestán (sureste). Según el Gobierno de Teherán, el grupo Yundulá (Soldados de Dios), formado por miembros de la minoría suní, se atribuyó el ataque. Aun así, las autoridades iranís acusaron también a EEUU y al Reino Unido de estar detrás de "la acción terrorista" y prometieron venganza.

El suicida hizo estallar la carga explosiva que llevaba adosada al cuerpo en medio de los jefes militares que habían ido temprano por la mañana a Pishin para asistir a una reunión con jefes de tribu de la provincia. Entre los fallecidos por la explosión está el jefe adjunto de las fuerzas de Tierra de la Guardia Revolucionaria, el general Nurali Shushtari y el comandante en jefe de la provincia de Sistán-Baluchestán, el también general Rajabali Mojam Madzadeh.

"ANIMOSIDAD AMERICANA" El presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, exigió una "acción rápida contra los responsables de este crimen terrorista". El presidente del Parlamento, Alí Lariyani, acusó directamente a EEUU de apoyar al grupo suní y aseguró que el ataque "muestra la animosidad americana" hacia Irán. "Obama dijo que tendía la mano a Irán, pero con esta acción se ha quemado la mano", añadió Lariyani.

En un comunicado, el Ejército iraní acusó del atentado a "terroristas" apoyados por "el Gran Satán América y sus aliados británicos" En el texto los militares aseguran que pronto se vengarán. Desde Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, condenó el ataque, que calificó de "acto terrorista", al tiempo que calificó de "completamente falsas" las acusaciones de Teherán. En términos similares se expresó un portavoz del Gobierno británico.

El de ayer es el atentado más mortífero contra este cuerpo, fiel al guía supremo y hombre fuerte del régimen, el ayatolá Alí Jamenei, y al presidente Ahmadineyad, quien formó parte de joven del cuerpo, cuyos miembros, unos 125.000, se conocen también como pasdaranes.

VINCULO TALIBAN En esta región, limítrofe con Afganistán y Pakistán y donde operan grupos de traficantes de droga, suele haber choques entre las fuerzas de seguridad y militantes sunís. Gran parte de la población de la provincia pertenece a la etnia suní baluch. En el 2007, un coche bomba mató a 11 guardianes de la Revolución en Zahedan, capital de la provincia. Los analistas dicen que la organización, que dirige Abdolmalek Righ, mantiene lazos con los talibanes, Al Qaeda y los servicios de espionaje paquistanís.