El presidente del Gobierno, José María Aznar, no asumió ayer ninguna responsabilidad personal por el fracaso de la cumbre que debía aprobar la nueva Constitución europea. Por el contrario, se presentó como uno de los líderes más "constructivos" y aseguró que "siempre" mantuvo "media docena" de propuestas para el consenso, incluyendo una reforma del reparto de poder acordado en Niza en el 2000 que diera más votos a Alemania. Aunque intentó no culpar a nadie del fiasco, dirigió sus dardos contra el presidente de Francia, Jacques Chirac.

Aznar afirmó que "es evidente" que Chirac ha cambiado de posición al renegar ahora del acuerdo de Niza tras haberlo apoyado en su día. En cambio, exaltó los "esfuerzos meritorios" del presidente de turno de la UE, Silvio Berlusconi. Aznar alegó que el fracaso de la cumbre no provoca ningún "vacío institucional" en la UE, ya que está previsto que el Tratado de Niza esté en vigor hasta el 2009.