El primer ministro británico, Boris Johnson, promete acelerar la inversión de 5.000 millones de libras (5.400 millones de euros), un dinero ya anunciado antes de la epidemia, en proyectos de infraestructuras para potenciar la recuperación económica tras el coronavirus. «Construir, construir, construir», anunció ayer el primer ministro, en lo que presentó al país como un «nuevo pacto» en su primer discurso sobre la reconstrucción tras el covid-19, pronunciado en la escuela de tecnología de Dudley.

El plan incluye proyectos de carreteras, viviendas, reforma de hospitales, reparación de escuelas, mejora de transportes y comunicaciones. Son propósitos que ya figuraban en el programa electoral de Johnson antes de la epidemia. Ahora asegura que se aprovechará la oportunidad de esta crisis para atender a las partes más necesitadas del país y subsanar deficiencias de décadas.

«Este Gobierno está decidido a utilizar esta crisis para atajar finalmente los grandes desafíos sin resolver de las últimas tres décadas. Construir viviendas, reparar la NHS (sanidad pública), solucionar la asistencia social, atajar la falta de preparación laboral», explicó. Un plan para «reconstruir más rápido y más verde», con la plantación de 75.000 árboles al año y ayuda a proyectos locales de conservación que deberían crear 3.000 empleos.

El Ejecutivo necesita «actuar rápido» para evitar la perdida de empleos y al mismo tiempo «elevar la economía», señaló Johnson, en un mensaje que quiso mantener el tono esperanzador y optimista, en la línea habitual. El primer ministro equiparó su plan al New Deal, lanzado con el presidente americano Franklin Delano Roosevelt, para sacar a EEUU de la Gran Depresión.

NI NUEVO NI PACTO / Las obras de reconstrucción propuestas por Johnson son, sin embargo, minúsculas en comparación con los megaproyectos de Roosevelt. En otoño, el jefe de los conservadores ya se comprometió durante la campaña electoral a bombear millones de libras en los servicios públicos para mejorar la situación de las zonas más desfavorecidas del norte de Inglaterra y retener con a los simpatizantes laboristas, que por primera vez habían votado conservador.

El líder laborista, Keir Starmer, considera lo propuesto insuficiente y previamente conocido. «El primer ministro promete un nuevo pacto, pero ni es nuevo ni es un pacto. Nos enfrentamos a una crisis económica que es la más grande en una generación y la recuperación necesita más que todo eso», dijo antes de añadir: «No es suficiente».

La tarea de revitalización de la economía británica se anuncia gigantesca. El PIB registró en el primer trimestre su mayor caída desde 1979, con un descenso del 2,2%, dos décimas más que lo estimado. De acuerdo con los datos desvelados ayer por la Oficina Nacional de Estadísticas, la contracción afectó a todos los sectores económicos. El FMI prevé un hundimiento sin precedentes del 10% para el presente año.