Dos años y tres meses después de la guerra de Irak, a la que Alemania se opuso ferozmente junto con Francia, el presidente de EEUU, George Bush, recibió por fin ayer al canciller alemán, Gerhard Schröder, en la Casa Blanca. El mandatario estadounidense ya hizo las paces con el dirigente alemán hace cinco meses, cuando se reunió con él en Mainz (Alemania), y ayer llegó incluso a agradecerle su contribución en la posguerra iraquí, en misiones de entrenamiento de fuerzas de seguridad y en la reconstrucción.

"Creo que la contribución de Alemania en Irak es importante", destacó Bush, después de que Schröder preparase el terreno al asegurar: "No hay duda de que un Irak estable y democrático va en interés no sólo de Alemania, sino de toda Europa".

El canciller alemán añadió que su país estaba comprometido con este objetivo desde el principio y se mostró especialmente sensible a la idea de "aliviar la deuda" iraquí, a lo que el presidente le replicó con un amable: "Se lo agradezco".

UNIDOS FRENTE A IRAN Este despliegue de cortesía entre los dos exenemigos durante la invasión de Irak se reforzó con la coincidencia que mostraron Bush y Schröder en la necesidad de cortar el paso a las ambiciones nucleares iranís. "El desarrollo de un arma nuclear por Teherán es inaceptable", subrayó el mandatario estadounidense. "Nosotros vamos a seguir siendo duros y firmes", replicó el canciller, después de que Bush le asegurara que Washington continuará "trabajando con Gran Bretaña, Francia y Alemania para enviar un mensaje claro y unificado" a Irán, para que no siga adelante con su programa nuclear.

Schröder llegó a EEUU en busca del apoyo de la Casa Blanca a su campaña para conseguir para Alemania un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuya ampliación se está estudiando en el marco de la reforma de la organización mundial. Bush no le ofreció su apoyo explícito y se limitó a señalar: "Nosotros no nos oponemos a la candidatura de ningún país para el Consejo de Seguridad".

Washington ya ha señalado que apoyará a Japón para entrar en el órgano ejecutivo de la ONU. Sin embargo, según la reforma en estudio, ningún nuevo miembro tendrá poder de veto, como los actuales cinco miembros permanentes (Francia, Gran Bretaña, Rusia, China y EEUU).

DIRIGENTE DEBILITADO Pese a la amabilidad con que se recibió a Schröder en la Casa Blanca, los asesores de Bush no ocultaron que en la mansión presidencial se le ve como un líder en vías de salida y, por tanto, debilitado, dado la amplia ventaja que le lleva la candidata conservadora, Angela Merkel, cara a las elecciones que se celebrarán en Alemania en septiembre.