Cientos de egipcios se han concentrado este miércoles a las puertas del Parlamento en un nuevo pulso para lograr la dimisión del presidente del país, Hosni Mubarak. Los manifestantes se han sentado ante la sede parlamentaria para bloquear el acceso a la Cámara, dominada por el Partido Nacional Demócrata (PND) de Mubarak. El edificio está fuertemente custodiado por militares y rodeado de tanques.

"Hemos venido para impedir que los diputados del PND entren. Nos quedaremos aquí hasta que nuestras demandas sean satisfechas", ha advertido uno de los manifestantes, Mohammed Abdallah, de 25 años, mientras los manifestantes gritan consignas contra Mubarak y hacen ondean banderas egipcias. "El pueblo no ha elegido a este Parlamento. Queremos la caída de todo el régimen, no solo del presidente, porque todo está corrupto", ha proclamado Mohammed Sobhi, un estudiante de 19 años.

Esta protesta se desarrolla paralelalemente a la que desde hace 16 días mantienen miles de personas en la vecina plaza Tahrir para exigir la dimisión del jefe del Estado. Los diversos anuncios que el Gobierno ha hecho en los últimos días --entre ellos la creación de una comisión para abordar una reforma constitucional-- no son suficientes para los manifestantes, que el martes protagonizaron una nueva protesta masiva.

"QUEREMOS DIÁLOGO, NO MONÓLOGO"

Por otra parte, una de las formaciones de la oposición, el grupo islamista Hermanos Musulmanes, han advertido de que quieren que los cambios políticos se produzcan "en días, y no en meses". En una comparecencia ante los medios de comunicación, el portavoz de la formación, Mohammed Mursi, ha denunciado que las negociaciones que las principales fuerzas de la oposición han iniciado con el régimen son "un monólogo". "Rechazamos el monólogo, y lo que queremos es un diálogo", ha señalado. "Queremos soluciones en días y no en meses", ha añadido. Pese a ello, Mursi ha señalado que su grupo, que está ilegalizado pero es tolerado, no abandonará la mesa de negociaciones abierta el pasado domingo.