Costaba ver en ese hombrecillo enjuto y sereno, antiguo profesor de matemáticas y cristiano reconvertido, que repartía respetuosos saludos con la cabeza inclinada y las palmas de las manos juntas a través del grueso cristal antibalas que le separaba del público en la apertura del juicio, la esencia de la maldad humana. Kaing Guek Eav, más temido como Duch , escuchó la sentencia ayer, un año después: 35 años por crímenes de guerra y contra la humanidad.

Camboya había esperado más de 30 años la primera condena por el horror jemer, pero no fue un día feliz. Muchos familiares de víctimas juzgaron escasos los 35 años por dirigir la exterminación de 16.000 camboyanos en la cárcel de Tuol Sleng o S-21. Cada muerto le sale a dos días de prisión, hacían cuentas.

Duch ha pasado ya 11 años en la cárcel y el tribunal ha considerado su detención ilegal y actitud colaboradora, así que solo cumplirá otros 19 años. No es biológicamente descartable que Duch , de 67 años, pise un día la calle. Duch reconoció su culpa y mostró arrepentimiento al inicio del juicio. Después ofreció una imagen más acorde a lo esperado. Duch diseñó la maquinaria exterminadora de S-21, una cárcel secreta donde se torturó a miles de camboyanos. Con las uñas arrancadas, el cuerpo destrozado por golpes o descargas eléctricas, los detenidos confesaban ser espías de la CIA, el KGB o cualquier sigla y delataban a familiares o amigos. Duch admitió hace poco que no había respuesta salvadora.Tras meses de interrogatorio, eran conducidos a los campos de exterminio de Choeun Ek, donde se han censado 120 fosas comunes.

El juicio llega tarde y mal. Las negociaciones para formar el tribunal mixto entre la ONU y Camboya se alargaron más de 10 años. Pol Pot y Ta Mok, principales cabecillas, fallecieron en la jungla sin rendir cuentas. Esperan en el banquillo cuatro octogenarios: Khieu Samphan, expresidente; Nuon Chea, ideólogo y número dos; Ieng Sary, exministro de Exteriores, y su esposa Ieng Thirit. Entre 1975 y 1979 los jemeres rojos mataron a casi dos de los siete millones de camboyanos.