Como los vientos huracanados que ayer barrieron Inglaterra, la tormenta internacional desatada por el Celebrity Big Brother --el Gran hermano VIP británico-- no amaina. La policía está estudiando si son delito de racismo unas declaraciones realizadas sobre la actriz india Shilpa Shetty por otra concursante en el reality show , que han creado tensiones diplomáticas entre el Reino Unido y la India.

La investigación policial se inició después de que el Gobierno de Nueva Delhi solicitara a las autoridades de Londres que intervengan legalmente si se comprueba que ha habido racismo en el concurso de televisión.

Los patrocinadores del programa, la firma de telefonía móvil Carphone Warehouse (The Phone House en España) suspendieron ayer la colaboración publicitaria que desde hace años mantenían con Channel 4. La empresa de telefonía tomó la decisión tras la emisión del episodio del miércoles, en el que, por primera vez, la india Shetty dijo sentirse agredida por motivos racistas, declaraciones que ayer rectificó.

También The Perfume Shop retiró ayer una fragancia que lleva el nombre de Jade Goody, una de las compañeras de concurso que al parecer insultó a Shetty.

La actriz Shilpa Shetty dijo sentirse agredida verbalmente después de que la inglesa Daniella Lloyd señalara que la bella rival debía "largarse". "Ni siquiera puede hablar inglés", recriminó. Ninguno de los concursantes encerrados en la casa de Gran hermano imagina la polémica que se está librando en el exterior.

De viaje en la India, Gordon Brown, ministro de Finanzas y candidato a sustituir a Tony Blair, se encontró con la tormenta de críticas a Gran Bretaña cuando trataba de estrechar los lazos entre los dos países.

Brown, tras entrevistarse con el primer ministro indio, Manmohan Singh, manifestó: "El Reino Unido está contra cualquier forma de racismo e intolerancia". El ministro de Finanzas recordó que miles de británicos también se han sentido ofendidos y han expresado su malestar.

CASI 30.000 QUEJAS El opositor de Brown en la carrera hacia Downing Street, el conservador David Cameron, invitó a los telespectadores a que no vieran el programa televisivo: "La solución es apagar el televisor". Blair ya condenó el miércoles las declaraciones racistas.

En la Cámara de los Comunes, una veintena de parlamentarios laboristas firmaron un escrito de queja contra Channel 4, mientras que el diputado indio Keith Vaz pidió un debate urgente para estudiar las subvenciones que recibe esa cadena. El programa ha desencadenado un aluvión de casi 30.000 quejas, una cifra sin precedentes en la historia de la televisión británica. No obstante, el programa ha doblado su audiencia, que se ha situado en 5,7 millones de seguidores.

LAS EXCUSAS Por esto, Channel 4 decidió mantener el show pese a la oleada de críticas. "No podemos estar seguros de que los comentarios sean racistas, aunque sean desagradables y de mal gusto", afirmó el director ejecutivo de la cadena, Andy Duncan. "Creo que el programa ha tocado el nervio del racismo y de los problemas de una sociedad multicultural", indicó.

"Los debates son los mismos que está habiendo en las casas o en las escuelas", añadió Duncan. Los directivos de la cadena Channel 4 se inclinan, como otros observadores, por pensar que la actual situación se debe más a diferencias de clase y de cultura que a verdadero racismo.