LOS CRIMENES y la corrupción cometidos por agentes ha hecho saltar por los aires a la cúpula policial húngara. Ayer, el primer ministro, Ferenc Gyurcsany, destituyó al máximo responsable de la Policía Nacional y al jefe de la policía de Budapest. Esa medida se anunció al día siguiente de desvelarse que una joven de 21 años había sido violada por cinco policías.