UNO DE LOS BRITANICOS liberados de la base de EEUU en Cuba, Jamal al Harith, denunció ayer que durante los dos años que estuvo preso sufrió agresiones físicas y torturas psicológicas. Harith dijo que, al negarse a recibir una misteriosa inyección fue agredido a golpes, patadas y puñetazos. Y aseguró que los carceleros decían a los internos que no tenían derechos. B. A.