La Policía de Nueva York ha desalojado este martes por la fuerza el campamento instalado por los manifestantes en Wall Street y detuvo a tres activistas, que increparon y se enfrentaron a los agentes después de cuatro días atrincherados para protestar contra la "avaricia" del sistema financiero. Los arrestos se suman a otros tres ocurridos el lunes por la noche y elevan a 13 el total de detenciones desde que el sábado arrancó el movimiento Occupy Wall Street en la plaza Liberty, situada a una manzana de la Bolsa de Nueva York en pleno corazón de los negocios de la ciudad de los rascacielos.

Los participantes en la concentración habían instalado decenas de tiendas de campaña para resguardarse de la lluvia, pero a las 10.00 hora local (14.00 GMT), un agente avisó primero por megáfono de que tenían que abandonar la zona, y luego comenzaron a desmontar las estructuras y cubiertas de plástico. Varias personas se encararon a la policía, que respondió con la detención de al menos tres personas, según pudo comprobar Efe y contrastó más tarde la organización, aunque la Policía de Nueva York declinó ofrecer cifras de detenidos. Los detenidos fueron esposados e introducidos en furgones, mientras sus compañeros insultaban a los policías chillando frases como "¡El mundo entero está mirando!" o "¡Vergüenza!".

Tras el desalojo, varios manifestantes se quejaron del exceso de fuerza e insistieron en que no hay ninguna razón legal para sacarles de la plaza, pues según un portavoz de Occupy Wall Street, el recinto es privado y tienen permiso del dueño para quedarse allí. Occupy Wall Street, según su página web, sostiene que Estados Unidos, la mayor economía mundial, puede solucionar la crisis global pero jamás lo hará mientras "la avaricia de las compañías y la corrupción de los políticos determinen la política" del país, y por eso clama contra el "golpe de estado" de los mercados financieros.