Un hombre fue detenido hoy en Cambridge (sur de Inglaterra) en relación con las siete cartas bomba que se recibieron durante el último mes en varias oficinas del Reino Unido y que causaron nueve heridos, informó hoy la Policía.

El sospechoso, de más de 20 años aunque su identidad no ha sido revelada, fue arrestado la pasada madrugada en una vivienda que ha sido acordonada por las fuerzas del orden, que calificaron la operación de "muy importante".

El oficial Anton Setchell, de la Unidad Nacional de Situaciones Extremas (NCDE, en sus siglas en inglés), que dirige las investigaciones, afirmó que la Policía científica efectúa un registro del inmueble que puede prolongarse "varios días".

"En estos momentos no puedo garantizar que no haya en el servicio postal otro paquete que contenga un explosivo", admitió Setchell, por lo que pidió a la ciudadanía que "mantenga la vigilancia" y se abstenga de manipular cualquier carta "sospechosa".

"Si alguien está preocupado por un paquete que llegue por correo, debería ponerse en contacto inmediatamente con su Policía local", insistió el responsable de la NCDE.

Al menos una de las cartas bomba llevaba membrete postal del condado de Cambridgeshire, que comprende a la ciudad de Cambridge.

Además, la Policía de ese condado venía investigando un ataque con paquete bomba perpetrado en agosto pasado contra una oficina del gubernamental Partido Laborista en Cambridge, aunque se desconoce si ese suceso guarda relación con los ataques de este año.

El pasado 8 de febrero, las fuerzas de seguridad ya detuvieron a un hombre de 48 años que aseguraba ser el responsable de una de las siete cartas bomba.

El sospechoso fue arrestado en aplicación de la Ley de Salud Mental británica, después de telefonear a una emisora de radio para atribuirse la autoría de la carta bomba que el pasado 5 de febrero hirió a dos personas en la localidad de Wokingham (sureste inglés).

Las siete cartas bomba, cinco de las cuales llegaron a estallar, mientras que las otras dos fueron interceptadas, tuvieron como objetivo empresas o agencias del Gobierno.

Además, todas las compañías identificadas tenían relaciones con el sistema penal, concretamente con actividades forenses y la regulación del tráfico.

No obstante, la Policía cree que los paquetes bomba pretendían asustar, más que matar a alguien. En una de las cartas explosivas aparecía el nombre de Barry Horne, un activista radical de los derechos de los animales que murió en 2001 cuando cumplía una condena de dieciocho años por una campaña de ataques con bombas incendiarias.

Pese a que se ha barajado como autores de las explosiones a grupos radicales de defensa de los derechos de los animales o a algún motorista resentido, la Policía no ha recibido aún ningún contacto de un grupo u organización responsabilizándose de los ataques.