El Ejército de Egipto ha desalojado este lunes a los manifestantes que a primera hora todavía seguían en la plaza Tahrir, epicentro de la revuelta popular en El Cairo. Los militares habían amenazado a los resistentes con detenerlos si no acataban las órdenes.

Los manifestantes se resistían a dejar la plaza porque desconfiaban de que el Ejército cumpliera su compromiso de ejecutar las reformas democráticas y exigían la derogación inmediada de la ley de emergencia, vigente desde 1981 y la liberación de todos los presos políticos.

Pese a que estas demandas siguen pendientes, los dirigentes de la oposición se han mostrado satisfechos por las decisiones adoptadas en las últimas horas por la junta militar que ha asumido el poder en el país, como la disolución del Parlamento, la derogación de la Constitución o el anuncio de que la transición durará seis meses.

Los manifestantes desalojados han dado paso, en Tahrir, a cientos de policías uniformados y de paisano que se han manifestado en este emblemático lugar para expresar su apoyo a la revolución. La imagen de la policía ha quedado en entredicho ya que al principio de la revuelta los agentes se posicionaron al lado del régimen de Hosni Mubarak e intentaron boicotear las protestas, hecho que motivo que la responsabilidad de la seguridad fuera asumida por el Ejército, que goza de mucho prestigio en Egipto. "Estamos con el pueblo. Pedimos a la gente que no nos margine. No somos enemigos", ha explicado el agente Mohamed Mesterkawy. "Nosotros también hemos sido maltratados por el régimen", ha añadido.

Marchas masivas

Las formaciones organizadoras de la revuelta han confirmado que el próximo viernes saldrán a la calle para celebrar, con marchas masivas en la plaza Tahrir, "la victoria de la revolución" y para velar por que la revuelta llegue a buen puerto y se traduzca en la instauración de la democracia en el país. Mohamed Morsi, un portavoz del grupo islamista Hermanos Musulmanes, ha anunciado su participación en la marcha. "La participación es un deber para todos para mostrar que Egipto está celebrando su revolución blanca y para expresar el aprecio a las Fuerzas Armadas que han protegido la revolución y que siempre dicen que la revolución es legítima", ha apuntado Morsi.