Una ola de solidaridad con Roberto Saviano se levantó ayer en toda Italia después de que el joven escritor manifestase públicamente su intención de irse por un tiempo del país, tras el descubrimiento de que la Camorra, la Mafia de Nápoles, preparaba un atentado para matarle antes de las próximas Navidades.

En una entrevista en La Repubblica , Saviano afirma que se irá de Italia "al menos por un tiempo y después ya verá". Dos años atrás le ofrecieron una estancia en Nueva York, pero la rechazó, y ahora se lamenta: "Quiero una vida, una casa, enamorarme, tomar una cerveza, reír". "¡Cojones! Solo tengo 28 años", dice el autor de Gomorra , un éxito de ventas en el que revela los entresijos del clan de los Casalesi, el más despiadado de la Camorra.

"No quiero seguir hablando de mí como si fuese un enfermo terminal", afirma Saviano, quien tuvo la "legítima ambición de haber escrito algo que podía cambiar las cosas". "Nunca miré hacia atrás, sin darme cuenta de que cada día me estaba perdiendo a mí mismo", reflexiona. "¿Qué delito he cometido?", se pregunta el joven escritor antes de definirse como "un ingenuo", aunque luego reacciona: "He usado solo palabras y ellos los camorristas les tienen miedo. ¿No es maravilloso?". "Cada nuevo libro que se vende es para ellos una derrota", apunta desde el cuartel donde vive refugiado.

"Como italiana le diría que se quede. Pero como hermana de Falcone le digo: vete y sálvate", dijo María Falcone, hermana del juez Giovanni, asesinado por la Cosa Nostra en 1992. Sin embargo, la mayoría de las voces que se alzaron ayer pidieron a Saviano que no abandone Italia.

"Si la vida de un joven escritor de éxito corre riesgo significa que una parte del país vive fuera de la legalidad, y no podemos permitirlo", declaró Walter Veltroni, líder del progresista Partido Democrático, en la oposición. "No está solo ni aislado", añadió Anna Finocchiaro, jefa de los senadores progresistas, quien subrayó que "el suyo es un ejemplo para los jóvenes".