La Asamblea Constituyente de Bolivia aprobó ayer la nueva Constitución propuesta por el presidente, Evo Morales, que obtuvo los dos tercios de los votos requeridos. Morales aseguró que su país inicia una "revolución social" con respeto a la propiedad y la autonomía de los indígenas, que garantizará la estabilidad política.

El texto fue aprobado en ausencia del principal partido opositor, Podemos, y con polémica sobre el artículo que establece la capital efectiva del país, que seguirá siendo La Paz. Sí participaron en la sesión los representantes del partido opositor de centro Unidad Nacional, que denunciaron los "atropellos" a la legalidad cometidos por el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales.

La Carta fue aprobada después de 13 horas de sesión por los dos tercios de los 164 diputados presentes, de los 255 elegidos en el 2006. Ahora, el texto se someterá a referendo.