Los líderes de los 11 partidos y organizaciones que forman la oposición de izquierdas en Francia se reunieron ayer, pocas horas antes de la intervención de Jacques Chirac, para adoptar un manifiesto en el que pidieron "solemnemente" al jefe del Estado la retirada del controvertido contrato de primer empleo (CPE) y la apertura de negociaciones con los sindicatos para presentar un nuevo texto en el Parlamento. Promulgar la ley sería "un golpe de fuerza inaceptable" de Chirac, advirtió el documento.