No hay babalao (santero) que se atreva a predecir si Fidel Castro regresará o no al poder. Los orishas (santos) están desconcertados. No se le ve en público desde el 26 de julio del año pasado, pero la sensación es que, aún enfermo y octogenario, tiene la última palabra en todas las decisiones trascendentes. Fidel mantiene su liderazgo un año después de ceder el poder a su hermano Raúl. El convaleciente comandante en jefe ha seguido marcando el paso de la agenda política interior y exterior. Y de los medios, alimentando la incertidumbre, casi siempre predicciones fallidas de sus enemigos. Fidel morirá, como todos, en cualquier momento, más próximo o más lejano, ¡claro!

Fidel juega con blancas en esta partida virtual de ajedrez, marcando tiempos y contenidos de la información, decidiendo cómo despistar y sorprender a cuantos más mejor, en especial al espionaje y a los medios de comunicación de EEUU. La Casa Blanca anda desorientada. Juega con negras y no tiene la iniciativa. Fidel está ganando su penúltima batalla estratégica.

MISTERIO Y SILENCIO Refugiado en un lugar secreto, protegido por una tupida red de misterio y silencio tejida por sus fieles, Fidel ordena y manda desde un teléfono con el que llama a sus ministros, como siempre, a cualquier hora. Desde aquel 31 de julio, contra pronósticos, no ha habido levantamientos populares, ni invasión desde los cayos de Florida, ni reformas significativas auspiciadas por Raúl. Gran expectación en todo el mundo, pero sin cambios en la vida de los cubanos. "Fidel se recupera" es la consigna de sus partidarios, mientras sus enemigos le han llegado a dar por muerto. Deseos lejos de la realidad.

Los dos hermanos Castro fueron educados por los jesuitas. Fidel, interesado en su formación intelectual, se licenció en Derecho. Raúl fue militar desde siempre. Expulsado de La Salle, lo internaron en una estricta escuela militar. Empezó Administración, pero nunca acabó la carrera. Se unió a la guerrilla de Fidel y participó en el asalto al cuartel de Moncada (1953). Hay historiadores que no dudan en afirmar que fue Raúl quién convenció a Fidel para abrazar la ideología comunista y aliarse con la URSS.

Hubo sin embargo un momento muy delicado en su relación. En 1989, Fidel dio la orden de ejecutar al general Arnaldo Ochoa, el más íntimo amigo de Raúl. Acusado de corrupción, para un héroe de guerra como Ochoa no hubo clemencia. El día antes de la ejecución, Raúl dijo sentir "rabia" contra sí mismo. Pero, como siempre, acató las órdenes de su hermano mayor.

La enfermedad de Fidel ha dejado de ser tema de conversación en la isla. La expectación de los primeros meses ha dado paso a cierta indiferencia. Hay, en cambio, más cubanos dispuestos a hablar, a criticar aspectos del régimen que afectan a su supervivencia diaria. Las quejas se refieren al transporte, la economía, la vivienda y la corrupción, entendida no como enriquecimiento personal sino como necesidad de subsistencia y fruto del acentuado paternalismo de un Estado muy burocratizado.

RIÑAS Y CAMBIOS Con la alargada sombra de Fidel a cuestas, Raúl ha regañado en público a sus ministros "por no cumplir bien con sus deberes" y algunos han sido sustituidos. Pero las reformas económicas no han llegado. Solo se han levantado restricciones a la importación de DVD y aparatos electrónicos. Poco más. Los salarios siguen bajos, entre 12 y 16 dólares. Un estudio indica que un 75% de las familias no pueden comprar alimentos necesarios. No es extraño escuchar por el Malecón o en La Habana Vieja voces que dicen que para sobrevivir "no queda otra que robar". Cada uno lo que puede, donde y como puede.

Además, el reconocido descenso de un sector clave como el turismo genera menos ingresos para el Estado, menos trabajo y una sostenida degradación de las condiciones de vida. El decreto de impuesto al dólar, cercano al 20%, ha convertido en caro el destino turístico de Cuba, con unos servicios que no están a la altura de los precios. A ello debe añadirse la corrupción y una pésima gestión, bajo responsabilidad desde 2004 de las Fuerzas Armadas. En un artículo de prensa, el propio Fidel admitía la existencia de "desigualdades y privilegios" y reconocía que hay "opciones críticas, sobre todo, en los sectores más necesitados".

Durante muchos años España ha sido de los pocos países que han invertido en la isla. De las doce empresas extranjeras en el sector turístico, nueve son españolas. El Gobierno de Zapatero ha iniciado una nueva etapa en las relaciones bilaterales como interlocutor principal de la UE. La visita del 3 de abril de Miguel Angel Moratinos, la primera de un jefe de la diplomacia española desde 1998, perseguía establecer puentes de diálogo en una posible transición política futura. Un viaje comprometido y criticado por una parte de la disidencia, el Gobierno de Bush y, claro, el PP. El documento firmado por ambos países establece "un mecanismo de consulta política y discusión de todos los temas", incluidos los referidos a derechos humanos, según explicó el canciller cubano, Felipe Pérez Roque.

PRESOS POLITICOS El Gobierno de Raúl ha liberado a varios disidentes, la mayoría de edad avanzada o enfermos. Pero aunque su número bajó, según la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional la situación de los presos políticos es "la misma de las últimas décadas". Los cubanos han aprendido a superar la falta de libertades con imaginación.

El 23 de diciembre, 10 congresistas de EEUU viajaban a la isla respondiendo a una sorprendente propuesta de Raúl, que eligió el momento más oportuno. Los republicanos habían perdido el control del Congreso, y los sectores moderados de la disidencia en EEUU presionaban para atenuar el embargo. La respuesta de Bush fue rotunda: no al diálogo con el castrismo.

VISITAS SELECTIVAS Fidel ha recibido visitas seleccionadas de personalidades, amigos o aliados. Evo Morales, García Márquez, una delegación del PC chino, Kofi Annan, entre otros. Pero el portavoz oficial de los progresos en su salud ha sido el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que le ha visitado siete veces. El 13 de abril, él fue quien comunicó al mundo: "Fidel ha retomado buena parte de las funciones de gobierno. Está casi totalmente recuperado".

Solo se ha dejado ver en fotos o en vídeo, pero sin su uniforme verde olivo, señal de que no está a punto de volver. El jueves se celebraron en Camagüey los 54 años del asalto a Moncada. En su discurso, Raúl dijo que "la actividad del comandante en jefe es cada vez más intensa y valiosa". Fidel aspira a cumplir 81 años el 12 de agosto. Tal vez sea esa la fecha de su reaparición pública. En todo caso, el mayor de los Castro mantendrá genio y figura... hasta la sepultura.