Lech Kaczynski ya reposa entre los reyes polacos y los héroes de la patria. El presidente de Polonia y su mujer, fallecidos en el accidente aéreo del pasado día 10, fueron enterrados ayer en una cripta de la catedral de la fortaleza de Wawel, junto a donde reposan los restos del mariscal Josef Pilsudski, artífice de la independencia de Polonia tras la primera guerra mundial y uno de los mayores héroes de muchos polacos.

En una sucesión de actos y misas que comenzaron a las diez de la mañana y acabaron cerca de las diez de la noche, Cracovia se volcó el domingo en dar a su difunto presidente un funeral de Estado digno de reyes. Pero no todo salió según lo planeado. La casualidad ha querido que "la mayor catástrofe polaca desde la segunda guerra mundial", según el primer ministro Donald Tusk, coincidiese con la erupción del volcán islandés y la paralización del tráfico aéreo en Europa, obligando a muchos líderes mundiales a cancelar su presencia.

Fue el caso de Barack Obama, Angela Merkel, Nicolas Sarkozy, José Luis Rodríguez Zapatero, el rey Juan Carlos y un largo etcétera. Sí acudió el presidente ruso, Dmitri Medvédev, cuya asistencia estuvo cargada de simbolismo y fue expresamente agradecida por el presidente interino Bronislaw Komorowski, que llegó a hablar de "reconciliación" entre rusos y polacos.

UNION EN LA TRAGEDIA Medvédev fue tratado con distinción, como el mandatario internacional de más relevancia, y siguió la misa en la Basílica de Santa María en primera fila. Su foto depositando flores sobre el féretro de Lech Kaczynski forma parte ya de la historia de ambos países. Durante años, la difícil relación entre Rusia y Polonia pasó por uno de sus peores momentos bajo la presidencia de Kaczynski. Las críticas del polaco a lo que llamaba "imperialismo" ruso, las disputas sobre los planes rusos de construir el gasoducto del Báltico o la intención de Polonia de instalar un escudo antimisiles estadounidense en su territorio llevaron las relaciones al límite. Ahora la tragedia ha unido a ambos países. "En vista de estas graves pérdidas creo que podemos hacer serios esfuerzos para acercar a nuestras naciones", dijo Medvédev.

El avión de Kaczynksi se estrelló cuando se dirigía a un homenaje por los 22.000 polacos asesinados en Katyn por los rusos en 1940. Probablemente, el suceso que más rencor ha generado en el pueblo polaco contra Rusia, que negó su responsabilidad durante medio siglo.

Pero lo cierto es que la unidad polaca tras la tragedia acabó en Wawel por la oposición de muchos a que Kaczynski haya sido enterrado allí. Ante la prohibición de protestar el día del entierro, los jóvenes discrepantes optaron por la ironía. Su tema favorito fue, precisamente, el de las ausencias de 80 de las 98 delegaciones que se esperaban.

LA LEYENDA DEL DRAGON "Es como una venganza de la historia por ser enterrado donde no le pertenece", comentaba una treintañera el sábado por la noche en Varsovia. "La nube que impide volar a los aviones no viene de las cenizas de un volcán, sino del fuego lanzado por el dragón que duerme en las cuevas de Wawel", añadía entre risas. La leyenda del dragón de Wawel es una de las más conocidas de la ciudad.

Pero en Cracovia se reunieron hasta 150.000 personas que sí consideraban al presidente digno de la cripta de Wawel.