El presidente de Guinea-Bissau, Joao Bernardo Nino Vieira, de 69 años, fue asesinado ayer por un grupo de militares cuando trataba de huir de la residencia presidencial. El magnicidio se produjo horas después de que el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Batista Tagme Na Wai, muriera en un atentado con coche bomba perpetrado contra la sede del Estado Mayor por milicianos afines al mandatario. Vieira y Na Wai eran acérrimos enemigos, y el desenlace sangriento de su batalla por el poder dejó ayer a este pequeño y pobre país africano sumido en la confusión.

Según un comunicado del Estado Mayor guineano, "las Fuerzas Armadas respetan la Constitución vigente". De acuerdo con ella, a la muerte del jefe del Estado le corresponde al presidente del Senado, Raimundo Pereira, tomar las riendas del país.