Militares franceses del dispositivo antiterrorista Centinela abatieron ayer a un hombre armado con un cuchillo que mató a dos mujeres en las inmediaciones de la estación de tren de Saint-Charles de Marsella.

Según medios locales, se trata de una mujer de 21 años y de otra de 30. Una de las víctimas fue degollada y la otra apuñalada. El asaltante, de unos treinta años y fichado por delitos menores pero no por terrorismo, actuó solo y no llevaba consigo ningún documento de identidad.

Los hechos se produjeron sobre las 13.45 horas y según testigos presenciales el atacante habría agredido a las víctimas al grito de «Alá akbar» (Alá es grande).

La fiscalía antiterrorista se ha encargado de la investigación, aunque el ministro del Interior, Gerard Collomb, que viajó a Marsella para conocer los detalles del ataque se mostró prudente y evitó hablar de atentado.

«Este acto podría ser de naturaleza terrorista pero, en este momento, no podemos afirmarlo», dijo. Tras visionar las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad, Collomb detalló que el autor de los hechos golpeó a una de las mujeres antes de retroceder y atacar a la segunda. «Ese elemento plantea algunos interrogantes», señaló.

Durante buena parte de la jornada la policía mantuvo acordonada la zona donde se produjeron los hechos y pidió a los ciudadanos evitar el perímetro de la estación, objeto de una amplia operación de las fuerzas de seguridad.

La estación fue evacuada y el tráfico ferroviario interrumpido hasta que se retomó paulatinamente a última hora de la tarde. La compañía nacional de ferrocarril (SNCF) se vio obligada a inspeccionar numerosas maletas abandonadas por los viajeros. «Dos minutos antes de que saliera mi tren, nos indicaron que debíamos abandonar el andén. La evacuación se produjo en un ambiente de calma», comentó un viajero al diario Le Monde.

Muchos testigos relataron en las redes sociales que escucharon disparos y que se produjeron escenas de pánico. El ministro del Interior agradeció la sangre fría mostrada por los militares de la operación Centinela que abatieron al agresor y evitaron un mayor número de víctimas.

El presidente francés, Emmanuel Macron, se mostró profundamente indignado por el «acto de barbarie» cometido en Marsella y envió un mensaje de solidaridad a las familias de las víctimas al que se unió el conjunto de la clase política francesa.