Aparte de la amenaza de los bombardeos estadounidenses, los iraquís tienen ahora un nuevo motivo de preocupación. La población civil ve con temor cómo el régimen del presidente Sadam Husein está cavando kilómetros de profundas zanjas alrededor de las principales ciudades iraquís con la intención de llenarlas de petróleo y prenderles fuego tan pronto como EEUU inicie los bombardeos. Según fuentes diplomáticas en Bagdad, el objetivo es que el calor y el humo que desate la ignición de esas miles de toneladas de crudo sirvan para "que los misiles fallen sus objetivos".

Esas fuentes señalan que el régimen iraquí está realizando esta operación "siguiendo los consejos de expertos rusos que les han indicado que el calor y la cortina de humo que se generarán afectarán al sistema de dirección de los misiles e impedirán que los satélites puedan tener una buena imagen del territorio iraquí". Además de petróleo, los iraquís tienen previsto llenar esas zanjas de alquitrán y aluminio. "Al quemarlo, se generará dióxido de aluminio, que afecta la señal de los radares", precisan las fuentes.

"Si el humo hace que los misiles fallen, esas bombas, al errar el objetivo, en lugar de caer donde debían van a caer sobre núcleos urbanos o zonas civiles", exclama Maruan, un habitante de Bagdad que no oculta su temor: "Ese muro de fuego puede provocar una auténtica masacre de civiles".