Yasir Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y gran obsesión del Gobierno de Ariel Sharon, vuelve a ser el culpable de todo. De Arafat es la culpa de que el primer ministro palestino, Abu Mazen, haya presentado su dimisión por las críticas que recibe desde amplios sectores de Al Fatah. De Arafat es también la culpa de que la Hoja de ruta esté enfangada en el asunto de la liberación de presos palestinos. Israel considera a Arafat culpable de todo, y por eso fuentes gubernamentales advertían ayer de que la deportación o arresto del rais vuelven a estar sobre la mesa.

Según Israel, la crisis de la Hoja de ruta no se basa, por supuesto, en que el Gobierno de Sharon ofrezca una ridícula liberación de presos, que la evacuación de los enclaves de colonos sea insignificante o que la vida de la población palestina no haya mejorado, sino en que Arafat "torpedea" el plan de paz. Por eso, "Israel ha acordado con EEUU que si Arafat continúa socavando la Hoja de ruta , reconsiderará su localización y su estatus", declaró ayer una fuente gubernamental.

En una entrevista ayer en el diario Daily Telegraph , Sharon culpó a la UE de la situación de debilidad de Abu Mazen. "Cada vez que un político europeo visita a Arafat o habla por teléfono con él retrasa el proceso de paz. La mayoría de los países europeos lo hacen, y contribuyen a socavar la autoridad de Abu Mazen", dijo Sharon.

El ministro de Información palestino, Nabil Amr, calificó las palabras de Sharon de "provocación". Horas antes, el ministro dijo que para resolver la crisis palestina es necesario que "Al Fatah cambie a través de elecciones. Al Fatah necesita un cambio, y no sólo de liderazgo".

Arafat y Abu Mazen han sido el binomio que desde su fundación ha dirigido Al Fatah. El ministro palestino para Asuntos de Seguridad, Mohamed Dahlan, también pidió ayer elecciones al comité central del movimiento.