La operación militar humanitaria 'Mare Nostrum' ha empezado oficialmente este martes para impedir otros naufragios como los que la semana pasada se cobraron 402 vidas, principalmente de eritreos y somalís. Pocas horas antes, la fiscalía de Reggio (Calabria) había ordenado y conseguido que la policía de fronteras localizase y capturase en alta mar una nave sospechosa de haber trasbordado en varias barcazas más pequeñas a los 226 inmigrantes clandestinos del lunes.

La nave, que parece un pesquero de altura por sus 30 metros de eslora, estaba probablemente volviendo a un puerto egipcio. Las autoridades consideran que Alejandría funciona como un nudo de distribución de aspirantes a realizar la travesía del mar, procedentes de Siria, a través del Líbano, y del Cuerno de África, vía Egipto.

A bordo de la embarcación, de bandera egipcia, han sido detenidas 18 personas, entre ellos cinco menores de una aparente edad de 14 o 15 años. Al ver la enorme lancha de la policía fronteriza, que habitualmente no opera en la zona y menos en aguas internacionales, el navío egipcio intentó eludirla, pero los agentes consiguieron capturarlo, obligando a sus tripulantes a invertir la ruta hacia el puerto de Reggio. En los muelles les esperaban el fiscal Nicola Gratteri y unos cincuenta agentes.

Desde hace varios días las autoridades italianas controlan el tráfico marítimo del triángulo de la muerte Libia-Malta-Lampedusa a través de satélites, según fuentes oficiosas. El pesquero habría sido identificado confrontando las declaraciones de los supervivientes llegados el lunes con la imágenes de los satélites.

Los 18 están acusados de “tráfico de seres humanos”, un delito consensuado por la comunidad internacional en 1993, precisamente durante una conferencia mundial de la ONU celebrada en Palermo (Sicilia).

En la operación 'Mare Nostrum' están siendo empleados un barco anfibio, dotado de hospital y con capacidad para coordinar a otros navíos militares, cuatro helicópteros y cuatro aviones, apoyados por la vigilancia de aviones-espía no tripulados, según ha explicado Mario Mauro, ministro de Defensa.