El exprimer ministro francés Lionel Jospin, quien esperaba representar de nuevo al Partido Socialista (PS) en las próximas elecciones presidenciales francesas para cortarle el paso a la candidata favorita de los sondeos, la también socialista Ségol¨ne Royal, renunció ayer oficialmente a sus aspiraciones. "Ante la imposibilidad de unirlo (al partido), no quiero dividirlo", explicó Jospin, entrevistado por la emisora de radio RTL.

El exprimer ministro, quien anunció en el 2002 su retirada de la política tras quedar eliminado de los comicios presidenciales en la primera vuelta, intentó, en las últimas semanas, regresar a la escena política para borrar su fracaso e impedir el drástico giro que anuncia Royal. Tras denunciar la "demagogia" de la candidata preferida de los franceses, aseguró, sin citarla, que no apoyará su candidatura.

Jospin precisó que se pronunciará "en función de lo que digan y de lo que defiendan" los otros candidatos. En una carta a los militantes, el jefe del último Gobierno socialista francés (1997 y 2002) denunció, además, "las presiones o tentativas de intimidación en nombre de la opinión" recibidas por su posible candidatura en los últimos días.

MANIFESTACIONES El dirigente se refería también a las declaraciones de uno de los consejeros de Royal, Christophe Caresche, quien había asegurado que "las primarias podrían ser violentas si Lionel Jospin se presenta. No excluyo manifestaciones de militantes contra él ante su domicilio", dijo. En respuesta a estas declaraciones, Jospin volvió a criticar la "democracia participativa" que defiende la candidata Royal y argumentó que "los ciudadanos no esperan ser halagados".

El antiguo líder socialista aseguró que, en esta ocasión, su retirada será "definitiva, si por vida política se entienden los puestos, los cargos y las responsabilidades". "Si por vida política se entiende el debate ciudadano y los problemas del país, los valores, los principios en los que creo, entonces estoy menos retirado que nunca", enfatizó, dejando una puerta abierta a su participación más o menos de manera directa durante la campaña presidencial.

El primer secretario socialista, Fran§ois Hollande, al que muchos acusan ya de favorecer la candidatura de su compañera y madre de sus cuatro hijos Ségol¨ne Royal, saludó la "sabia decisión" de Jospin. "El único deber de los socialistas, y sobre todo de los más eminentes, como Lionel Jospin, es unirse para la victoria en el 2007", insistió.

"PASO DECISIVO" Los partidarios de Royal, como el diputado Arnaud de Montebourg, consideraron la decisión de Jospin como "un paso decisivo para la unión de los socialistas" para la investidura. Los seguidores de los otros candidatos potenciales --el exprimer ministro Laurent Fabius y el exministro de Economía Dominique Strauss-Kahn-- aplaudieron también la retirada de Jospin.

La retirada de Jospin abre una nueva etapa en la carrera socialista hacia el Elíseo. Por el momento, sus partidarios no se han pronunciado todavía, pero se supone que apoyarán a alguno de los rivales de Royal. Pierre Moscovici, portavoz de Strauss-Khan, aseguró que el debate está de esta manera "más abierto" y redefine la oferta pública de estas primarias donde se enfrentan tres líneas claras: "socialpopulista", "socialdemócrata" e "izquierda socialista".

Un portavoz de Fabius, Claude Bartolone, argumentó, por su parte, que "la palabra de Lionel Jospin sobre su oposición a Ségol¨ne Royal será mucho más audible ahora que ya no es candidato", y recalcó los "numerosos puntos comunes" que existen entre Jospin y Fabius.