La sombra de Milosevic oscurece el Parlamento serbio. El expresidente Vojislav Kostunica tuvo que echar mano del partido que el dictador sigue encabezando desde su celda para elegir al nuevo presidente de la Cámara, que será también jefe de Estado en funciones. Kostunica tomó esta decisión después de que su formación, el Partido Democrático de Serbia (DSS), no se pusiera de acuerdo con su rival en el bloque reformista, el Partido Democrático (DS), del malogrado primer ministro Zoran Djindjic.

Esta peligrosa asociación se debe al complejo mapa electoral que dejaron las legislativas de hace un mes. Entonces, los ultranacionalistas del Partido Radical Serbio del criminal de guerra Vojislav Seselj triplicaron sus escaños y fueron la lista más votada (27,3% de sufragios), pero no pueden formar gobierno porque, aunque se sumen al SPS de Milosevic (7,5%), no superan a todos los reformistas (41,8%).

El nuevo presidente del Parlamento, Dragan Marsicanin, planea, con Kostunica, presentar un Ejecutivo con liberales (G17) y monárquicos (Juntos por Serbia) que gobernaría en minoría. El partido de Milosevic dijo que podría votar a favor de esta propuesta, pero que no entrará en el Gobierno.