Los marplatenses cruzaban los dedos y se encomendaban a los poderes celestiales mientras esperaban ayer por la noche que aterrizara George Bush con toda su parafernalia de seguridad. La ciudad organizadora de la cuarta Cumbre de las Américas, que comienza hoy, se había fortificado para recibirlo.

Las paredes del principal balneario argentino, ubicado unos 400 kilómetros al sur de la capital, dejaban entrever a su vez un protocolo de recepción menos amigable: "Go home" (Vuelve a casa ) se podía leer en la avenida Independencia, frente al banco, y debajo de una caricatura del presidente de EEUU. "Bush fascista, tú eres el terrorista", decía un cartel. "Terror is me" "El terror soy yo", rezaba otro.

En medio de miles de policías, y hasta agentes encubiertos que se hacen pasar por surfistas, están los habitantes de una ciudad que mira lo que sucede en clave de película de catástrofes. Temen incidentes, saqueos, atentados. Horas antes de que todo comience, 80 policías encargados de custodiar a los 34 jefes de Estado y Gobierno se despertaron con sensación de vómitos y diarreas. Habían comido lentejas y lasaña en mal estado.

"Pensamos en un ataque intencional", admitieron fuentes policiales citadas por el diario Clarín . Luego la situación se despejó: se había tratado, según autoridades sanitarias, de un llamado "brote de ETA" que transmiten los alimentos en descomposición. "¿La ETA también viene acá?", se preguntaba un atribulado comerciante que había escuchado sólo una parte de la noticia. Como otros, ya había decidido cerrar su negocio y tapiarlo durante la cumbre.

Bush llega a Argentina con sus peores índices de popularidad internos por el coste de la guerra de Irak y un escándalo en puertas tras la renuncia de Lewis Libby, asesor del vicepresidente, Dick Cheney.

La relación con el continente americano dista a su vez de ser la mejor. El líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Raid, dijo que la Casa Blanca no sólo pierde influencia en la región, sino que "crece el sentimiento antiestadounidense".

Libre comercio

Así, a Washington se le hacía ayer difícil imponer en el documento final de la cumbre el párrafo favorable al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), la zona que Bush padre promovió y a la que se resisten Brasil, Argentina y ahora Venezuela, el principal demonizador de esa iniciativa.