MILES DE AFECTADOS

En los días que siguieron a la mañana del 11 de septiembre del 2001, entre 40.000 y 90.000 personas trabajaron en la zona cero, primero en las tareas de rescate, luego en las de desescombro y limpieza, en muchos casos, sin medidas de protección. La Agencia de Protección Ambiental trató de tranquilizar a todos asegurando que la calidad del aire era suficiente.

DAÑO A LOS PULMONES

No fue hasta el quinto aniversario del atentado cuando los problemas de salud de los trabajadores de la zona cero se hicieron centro del debate sobre el 11-S. En ese año, el hospital Mount Sinai, tras examinar a 10.000 trabajadores, presentó un informe que constataba que el 69% de quienes estuvieron en el área tuvieron problemas respiratorios. Los informes del departamento de Bomberos de la ciudad fueron irrefutables. Se comprobó que la capacidad pulmonar de los bomberos que asistieron tras el ataque se había reducido en esos días el equivalente a una década en situación normal.

LA ACEPTACION

Las autoridades han pasado ocho años y medio moviéndose con ambigüedad. Pese a que se han resistido a reconocer los efectos, se han creado programas médicos y de atención sanitaria. La constatación definitiva de los efectos incluso letales del humo tóxico llegó gracias a los forenses.