Decenas de prisioneros políticos han sido puestos en libertad en las últimas horas en Bahréin, entre ellos 23 opositores chiís acusados de terrorismo, gracias a un perdón real otorgado con el fin de mitigar las protestas políticas. El total de presos liberados asciende a un centenar, según el Centro para los Derechos Humanos de Bahréin, que ha subrayado que al menos otros 400 detenidos por motivos políticos continúan en las cárceles del país.

La puesta en libertad se ha producido un día después de que el rey Hamad bin isa al Jalifa ordenara "liberar a un número de condenados y suspender las demandas judiciales contra esas personas", después de 10 días de protestas en el país. A pesar de que el perdón de los presos políticos era una de las reivindicaciones principales de los manifestantes, el anuncio del monarca no evitó que este martes se celebrara en Manama una de las mayores concentraciones desde el comienzo de la revuelta, el pasado 14 de febrero.

Mientras el régimen intenta acallar las protestas y reitera su invitación al diálogo, los manifestantes y los partidos opositores insisten en que su participación en cualquier diálogo no es posible hasta que se cumplan sus exigencias. Entre sus peticiones figuran la renuncia del gobierno y que el país no solo tenga una monarquía constitucional en el papel, sino que se confirme con los hechos.

La mayoría de los liberados, que han sido recibidos como héroes en la plaza de la Perla en Manama, han insistido en que no habrá diálogo a menos que las autoridades satisfagan sus exigencias. En esta plaza, epicentro de la revuelta popular que sacude el país y punto de enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes en días previos, decenas de miles de personas continúan acampadas.

Además de estas concentraciones, la oposición sopesa organizar una nueva huelga general como parte de su campaña pacífica para presionar al gobierno, aunque la convocada por los sindicatos el pasado día 20 tuvo un seguimiento desigual.

ACUSADOS DE INSTIGAR ACTOS TERRORISTAS

Entre los prisioneros liberados destacan los 23 opositores chiís acusados de instigar a la comisión de actos terroristas, cuya detención el pasado mes de septiembre levantó una gran polémica en el reino. El arresto se produjo un mes antes de las elecciones parlamentarias, que se celebraron el pasado 23 de octubre, por lo que varias oenegés árabes denunciaron la existencia de una campaña de las autoridades bahreinís para reprimir a la oposición antes de los comicios.

Por su parte, el rey de Bahréin ha viajado a Arabia Saudí para reunirse con su homólogo Abdalá bin Abdelaziz, recién llegado a su país tras someterse a una operación que lo ha mantenido tres meses ausente de la nación árabe.

La revuelta bahreiní, que se ha saldado ya con siete fallecidos y cientos de heridos, surgió al calor de las protestas de Túnez y Egipto y cuenta con una participación sin precedentes en este pequeño y rico reino del golfo Pérsico, estrecho aliado de EEUU.