Doku Umárov, considerado el líder de la guerrilla islamista chechena, ha reivindicado el atentado terrorista perpetrado el 24 de enero pasado en el aeropuerto moscovita de Domodédovo, que causó 36 muertos y cerca de 200 heridos. En un vídeo difundido anoche a través de internet, Umárov asegura que el terrorista suicida que detonó la bomba en el aeropuerto actuó bajo sus órdenes y amenaza con nuevos ataques contra Rusia. "La operación especial de Moscú se llevó a cabo bajo mis órdenes", asegura Umárov, que reivindica un estado independiente basado en el islam que englobe las exrepúblicas soviéticas de Chechenia, Daguestán y otros territorios vecinos. El terrorista añade que las "operaciones especiales continuarán" con el objetivo de "demostrar al chauvinista régimen de Vladimir Putin" de que la guerrilla puede actuar "donde quiera y cuando quiera". Pocos días después del atentado, el Comité de Instrucción de Rusia declaró que el terrorista suicida fue identificado y que se trataba de un hombre de 20 años oriundo de una de las repúblicas rusas del Cáucaso Norte, pero que su nombre se mantendría en secreto para no entorpecer las investigaciones. Más tarde, medios informativos rusos revelaron que el terrorista era un antiguo estudiante de contabilidad procedente de la república Ingush, vecina de Chechenia, llamado Magomed Yevlóev, extremo que no ha sido confirmado por fuentes oficiales. Investigación abierta Los avances en la investigación llevaron a algunos funcionarios a declarar que el atentado había sido esclarecido, lo que provocó la semana pasada una fuerte de reprimenda del presidente ruso, Dmitri Medvédev, a las fuerzas de seguridad. "Este crimen aún no ha sido resuelto, aunque haya avances. Hay que trabajar y no hacerse publicidad", afirmó Medvédev al reunirse con Alexandr Bórtnikov, jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB). El ataque terrorista de Domodédovo ha sido el más grave perpetrado en Rusia desde marzo del 2010, cuando un doble atentado suicida cometido por dos jóvenes caucásicas en sendas estaciones del metro moscovita causó la muerte de 40 personas y más de un centenar de heridos.