Los resultados de la investigación oficial sobre los atentados cometidos en Londres el 7 de julio del año pasado, que causaron 52 muertos y un centenar de heridos, están a punto de hacerse públicos con una sorprendente conclusión. Según aseguró ayer el dominical británico The Observer , el ataque que tuvo en vilo a la capital británica durante semanas y que acaparó la atención de los medios de comunicación de todo el mundo no fue organizado ni directa ni indirectamente por la red terrorista Al Qaeda, sino que fue ejecutado por cuatro jóvenes radicales, con poco dinero e información obtenida en internet, que deseaban convertirse en mártires del islam.

Según la filtración recogida por el rotativo, el borrador del informe sobre la investigación que será publicado en unas semanas sostiene que no hubo un quinto implicado en los atentados. El complot, "simple y barato", fue tramado por "cuatro suicidas británicos" que querían convertirse en mártires, y no por Al Qaeda, tal y como sospechó la policía desde el principio.

Los ataques fueron baratos, ya que las mochilas bomba utilizadas costaron sólo unos pocos cientos de euros. Los investigadores también han establecido, siempre según The Observer , que no hubo un "quinto terrorista", una hipótesis que se barajó a raíz del descubrimiento de una mochila llena de explosivos en un coche al norte de Londres.

De acuerdo con el dominical, estas conclusiones suscitarán "nuevas inquietudes sobre la vulnerabilidad del Reino Unido ante un atentado de un grupo pequeño y poco sofisticado". Asimismo, el informe del Gobierno puede generar críticas contra el servicio de espionaje británico, que identificó al maestro de escuela Mohamed Sidique Khan, de 30 años y supuesto "cabecilla", meses antes de la matanza, pero no le vigiló. Además de Khan, los terroristas fueron los británicos de origen paquistaní Shehzad Tanweer, de 22 años, Hasib Husain, de 18, y otro británico de origen jamaicano, Germaine Lindsay, de 19 años.

METRO Y AUTOBUS Los terroristas perpetraron los atentados contra tres convoyes del metro y un autobús en la mañana del 7 de julio del 2005. Dos semanas más tarde, otros cuatro individuos emularon a los autores del 7-J al intentar detonar otras tantas bombas en tres convoyes del metro y un autobús urbano de la capital británica, pero esta vez los artefactos no explotaron. El 22 de julio, agentes de paisano mataron al electricista brasileño Jean-Charles de Menezes, de 27 años, tras confundirle con un terrorista, en la estación de metro de Stockwell.

El Gobierno británico ha rechazado peticiones de las víctimas, de políticos de varias banderas y de grupos de presión para que se realice una investigación pública e independiente de aquellos hechos.