El Ejército del Reino Unido prepara la vuelta a casa de 800 de los 8.500 soldados desplegados en Irak. El ministro de Defensa británico, John Reid, anunció ayer en el Parlamento británico que la retirada, que afecta al 10% de los militares en el país árabe, culminará el próximo mayo. El repliegue se produce en plena crisis política iraquí, generada por la falta de acuerdo para formar un nuevo Gobierno de unidad nacional, y en medio de una espiral de violencia sectaria que amenaza con arrastrar al país a la guerra civil.

Reid advirtió de que la decisión no forma parte de un calendario de retirada, como exigen las fuerzas políticas iraquís que rechazan la presencia de tropas extranjeras en Irak. "Seguiremos en Irak tanto tiempo como se nos necesite, se nos quiera, y hasta que terminemos nuestro trabajo", dijo. Según aseguró, los 235.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquís ya están en condiciones de asumir funciones tácticas. Reid subrayó que los mandos británicos estudiarán, con el Gobierno iraquí y EEUU, qué zonas del país pasarán a depender de los iraquís.

DECISION INOPORTUNA En declaraciones a la BBC, el coronel Tim Collins, antiguo oficial británico, criticó la decisión de Londres, al considerarla inoportuna. "No es el momento de dar esperanzas a aquellos que intentan iniciar una guerra civil", aseguró. Para el Gobierno británico, según dijo Reid, en Irak "la guerra civil no es inminente".

El joven clérigo shií, Moktada al Sadr, en cambio, aseguró que "la guerra civil ya existe". El religioso, que controla al Ejército del Mehdi, matizó que no tiene previsto ordenar a sus milicianos responder a los atentados terroristas, que el domingo acabaron con la vida de 52 personas en Ciudad Sadr. Ayer, en este barrio shií del este de Bagdad aparecieron cuatro hombres ahorcados de un poste con un cartel en el que se leía: "Traidores".

Entre tanto, en el juicio que se celebra contra Sadam Husein, declaró ayer el magistrado jefe del antiguo Tribunal Revolucionario de la dictadura, Auad al Bandar, que reconoció haber condenado a muerte a 148 vecinos de Dujail en 1984, dos años después de que Sadam saliera con vida de un intento de asesinato en esta ciudad. Al Bandar dijo que sólo aplicó "la ley".