La Cámara de los Lores ha dado un espaldarazo claro y definitivo a la ley del matrimonio gay en Inglaterra y Gales. Después de dos días de debate 390 lores votaron a favor del matrimonio entre parejas del mismo sexo, mientras que 148 lo hicieron en contra.

El resultado ha sido un gran alivio para David Cameron y el Gobierno de coalición, que temían enfrentarse a una oposición más grande. La ley ya fue aprobada en la Cámara de los Comunes, donde un grupo de tradicionalistas conservadores, intentó sin éxito hacer descarrilar el proyecto de ley y cuestionar el liderazgo de Cameron.

A falta de los trámites finales, las primeras bodas gay tendrán lugar en el verano del año próximo. Las nuevas disposiciones no afectan a Escocia, donde se está debatiendo una legislación similar, ni a Irlanda del Norte, tierra mucho más retrógrada en estos asuntos. La futura ley prohíbe expresamente a la Iglesia anglicana celebrar matrimonios gay y deja al resto de las organizaciones religiosas la opción de hacerlo, si así lo desean.