Las fuerzas del orden de Yemen han herido a más de 400 personas esta madrugada en la carga para dispersar la manifestación que se dirigía hacia el palacio presidencial en la ciudad de Hudaida, a orillas del Mar Rojo, en una nueva protesta contra el régimen de Alí Abdulá Saleh, que lleva 32 años en el poder pero que no tiene intención de dejar el cargo de forma inminente, como le reclama la oposición. Ante los niveles de violencia que está alcanzado esta revuelta, los países árabes del golfo Pérsico propusieron anoche ejercer de mediadores entre la oposición y el régimen de Saleh. La protesta ha empezado a las 02.00 de la madrugada, hora local, como protesta por las cargas policiales el domingo en Taiz, en el sur de la capital, Saná, en el que dos personas murieron y cientos resultaron heridas. Los manifestantes, varios miles, se concentraron en la sede del Gobierno en la provincia y empezaron a marchar hacia el palacio presidencial, pero la policía les impidió avanzar, según han confirmado testigos citados por la agencia Reuters, que han asegurado que los agentes dispararon balas y gases lacrimógenos contra los manifestantes. Los médicos del hospital de Hudaida han informado que nueve de los manifestantes tenían heridas de bala, 350 sufrían intoxicación por inhalación de gases lacrimógenos y otros 50 resultaron heridos por piedras lanzadas por policías de paisano. El palacio de Hudaida es una de las varias residencias que Saleh tiene por todo el país. Este lunes se cree que está en el palacio de Saná. Reunión en Riad Pocas horas antes de que se produjera esta carga policial, las monarquías árabes del Golfo propusieron el domingo por la noche mediar entre la oposición y el régimen de Saleh, enfrentados desde el pasado enero en una revuelta surgida al calor de las protestas en Túnez y Egipto. En un comunicado posterior a una reunión extraordinaria que mantuvieron en Riad, los ministros de Asuntos Exteriores de los seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo --Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes, Omán, Qatar y Kuwait-- han manifestado su "profunda inquietud por el deterioro de la seguridad y por la división que se vive en Yemen". Los ministros han apelado a la oposición y al presidente Saleh a "poner por delante el interés nacional y retomar rápidamente el diálogo para consensuar las reformas". Por su parte, Estados Unidos, hasta ahora aliado de Yemen, ha modificado su postura inicial y ahora apuesta por que Saleh renuncie al poder, según revela The New York Times. Según el diario, que cita fuentes oficiales, las negociaciones para forzar una renuncia del presidente empezaron hace una semana. "Los americanos han estado presionando para que deje el poder", ha señalado este alto cargo. Saleh está dispuesto a avanzar las elecciones pero no dejará el poder hasta que estos comicios se celebren. Negociaciones con EEUU Según The New York Times, responsables de la Administración de Barack Obama han indicado a sus colegas yemenías que la posición de Saleh es insostenible, teniendo en cuenta la intensidad de la revuelta, y que debería renunciar al poder. Los negociadores propondrían a Saleh que traspasara el poder a un gobierno provisional hasta la celebración de las elecciones. Detrás del cambio de actitud de Washington estaría también el hecho de que los continuos enfrentamientos entre la oposición y el régimen "han tenido un impacto negativo sobre la seguridad en todo Yemen", ha asegurado un responsable de la Administración de EEUU bajo condición de anonimato. Yemes es uno de los aliados de Washington en su lucha contra Al Qaeda y el terrorismo islamista.