Centenares de miles de personas vestidas de blanco y con velas en las manos se manifestaron la noche del sábado (madrugada de ayer en España) en 70 ciudades de México, para clamar "ya basta" a la violencia creciente, la apatía de las autoridades y la impunidad de los delincuentes y la corrupción. En la capital, la impresionante marcha, convocada por organizaciones civiles bajo el lema Iluminemos México , reunió a unas 200.000 personas, que recorrieron en silencio cinco kilómetros y estallaron en gritos de "¡Paz!" y "¡Justicia!" en la gran plaza del Zócalo.

Al final de una manifestación en la que se repitieron los gritos de "Basta ya de violencia", "Basta ya de secuestros" y "Basta ya de impunidad", el lema que más coreó la multitud frente a los edificios oficiales fue: "Si no pueden, renuncien". La frase que lanzó nueve días antes en pleno Consejo Nacional de Seguridad el empresario Alejandro Martí --padre del joven secuestrado y asesinado hace dos meses-- "se apoderó del corazón del país", como señaló uno de los manifestantes.

PENA DE MUERTE El desfile de personas vestidas de blanco arrancó al atardecer en el simbólico monumento del Angel de la Independencia. El silencio acordado por los organizadores solo fue roto al principio por cánticos de "¡México, México!". En la marcha había pancartas que pedían Pena de muerte para secuestradores y narcos . En una de ellas se podía leer: Que nos gobiernen las putas, porque sus hijos nos han fallado .

Flores, banderas mexicanas, lazos blancos, banderitas con el lema Ya basta acompañaron a una ciudadanía amedrentada que recorrió el paseo de la Reforma, la avenida Juárez y la calle Madero, hasta llegar a la gran plaza central. Muchos manifestantes llevaban carteles o retratos y contaban historias de secuestrados, asesinados, desaparecidos: Regresen a Mónica, de 24 años , Mataron a mi ser más querido , Yo fui secuestrado , se leía en algunas pancartas. "Pagué por el rescate de mi esposa y no la tengo", explicó un manifestante.

Las campanas de la catedral sonaron en signo de duelo por las víctimas, unas 3.000 solo este año. El Zócalo se tiñó de blanco y, ya caída la noche, cuando aún había unas 20.000 personas en torno al Angel, los manifestantes entonaron el himno nacional.

Pero a diferencia de otras manifestaciones similares que, en 1997 y el 2004, mostraron la queja de la ciudadanía ante el incremento de la inseguridad, esta vez los políticos estuvieron vetados.