Norham Husein tiene 9 años y pertenece a una familia pudiente de Bagdad. El pasado 16 de septiembre, salió de su casa acompañada de su hermana para ir a un supermercado en el barrio de Karrada.

Varios testigos vieron cómo aquella tarde-noche dos vehículos se detuvieron ante la niña y de ellos salieron cuatro individuos. Los desconocidos le preguntaron:"¿Dónde está la casa de Husein?". Ella respondió: "Soy la hija de Husein". Inmediatamente, fue introducida a la fuerza en uno de los vehículos y secuestrada. Norham no pudo resistirse.

Conocedores de que la familia de la niña dispone de medios económicos --el padre se dedica a la importación de productos desde Dubai--, los secuestradores exigen el pago de 100.000 dólares (87.719 euros, casi 15 millones de pesetas) por volver a verla.

El caso de la pequeña Norham constituye un ejemplo de los peligros que se ciernen sobre las mujeres iraquís en un contexto inseguro, más de cinco meses después de la caída de Bagdad. Muchas iraquís limitan sus salidas y no se dejan ver por las calles, a sabiendas de que son las víctimas más vulnerables de la inseguridad ciudadana en una capital donde rige un severo toque de queda.

MAS VIOLENCIA SEXUAL

El pasado junio, la ONG Human Rights Watch (HRW) realizó una investigación en las comisarías de policía bagdadís, en la que puso sobre el tapete la percepción de los ciudadanos de que existe "un brusco incremento de los casos de violencia sexual" desde el final de la guerra. Citando fuentes anónimas de los cuerpos policiales, HRW afirma que antes de la guerra la policía iraquí sólo recibía "una vez cada tres meses" una denuncia por violación, mientras que ahora "la situación es mucho peor".

Dada la sensibilidad que existe hacia los delitos de agresión sexual en un país musulmán, es imposible contabilizar los casos, ya que muchas mujeres "prefieren no denunciarlos". HRW va más lejos y dice que bandas especializadas en "secuestrar a niñas y venderlas en los países del Golfo" se sienten a sus anchas en Irak, ya que la escasa vigilancia en las fronteras permite "sacarlas del país sin pasaportes".